Cercanías pincha de nuevo el día de la ansiada vuelta a la 'normalidad'
No pudo ser. La expresión que se utiliza en el mundo deportivo cuando el resultado no es el esperado cuadra con lo que ocurrió ayer en el servicio de Cercanías de Renfe en Barcelona. Ayer, 12 de septiembre, era el día señalado por la compañía y por Adif -el gestor de infraestructuras- para que todas las líneas de Cercanías recuperaran sus recorridos habituales y frecuencias de paso, que se vieron alteradas desde mediados de julio por la reordenación de las vías que supone la llegada del AVE a la estación de Sants.
Protestas de los usuarios de Cercanías por la frustrada vuelta a la normalidad que anunció el pasado lunes el secretario de Estado de Infraestructuras
La avería se detectó por un maquinista y obligó a volver al plan alternativo de transporte que funcionó desde mediados de julio por las obras del AVE
Un problema de tensión en una catenaria provisional instalada el pasado sábado entre Sants y Catalunya afectó directamente a 90 trenes de tres líneas
Un problema de electrificación en la catenaria entre las estaciones de Sants y Catalunya provocó de nuevo modificaciones en los recorridos de tres líneas de Cercanías utilizadas por miles de usuarios: C1, C3 y C7. Directamente resultaron afectados 90 trenes.
El secretario de Estado de Infraestructuras, Victor Morlán, precisó ayer que el incidente se produjo en una catenaria provisional que instaló la empresa Cobra -que realiza la electrificación por encargo de Dragados- el pasado fin de semana y que debe ser sustituida por la definitiva en la noche del próximo sábado a domingo. Noche en la que se cortará todo el tráfico ferroviario en la estación de Sants.
"Le hemos pedido explicaciones a la empresa sobre lo ocurrido", matizó Morlán. El problema lo detectó un maquinista a las 8.15 horas. "Se decidió mantener el servicio hasta las nueve -fin de la hora punta- y suspender el recorrido de esas tres líneas entre Sants y Catalunya para reparar el problema que se produjo a 800 metros de la estación de Sants hasta plaza de Catalunya. Se optó por esa solución porque era la menos arriesgada", concretó. Morlán no ocultó su malestar porque no había conseguido que ayer se restableciera todo el tráfico de Cercanías con normalidad, que es a lo que se comprometió el lunes pasado.
Debido al fallo de tensión en la catenaria, los retrasos que sufrieron varias líneas fueron superiores a la media hora y afectaron a miles de pasajeros, la compañía no facilitó una estimación de los usuarios afectados, aunque podría rondar los 20.000. Muchos de ellos se vieron obligados a cambiar de trenes para llegar a su destino.
Por eso, las escenas de enfado y de desconcierto de pasajeros, amén de un pulular constante de informadores con las casacas amarillas en andenes y trenes dando explicaciones casi de forma personalizada a los usuarios, se volvieron a repetir. Muchos usuarios se lamentaron de que la información que recibían por megafonía en el interior de los convoyes era confusa. "Han dicho algo de retraso, ¿pero de qué línea hablan?", se preguntaban entre sí varios pasajeros. En la estación de Catalunya, los paneles y monitores de información estuvieron apagados más de una hora.
Sin embargo, la madrugada había empezado bien para Renfe y a las 5.20 horas todas la líneas de Cercanías ocuparon su nueva ubicación en la estación de Sants. El tránsito y la frecuencia de los trenes fue normal hasta las 8.15. A partir de ese momento, casi todos los trenes que partían de Sants empezaron a tener problemas y los pasajeros aguardaban en el interior de los trenes la salida o llegada de los convoyes a los andenes. Por ejemplo, el tren del aeropuerto que debía salir a las 8.25 no lo hizo hasta las 8.42. Un tren de la C4 que debía salir dirección Terrassa-Manresa a las 8.50 no lo hizo hasta las 9.20.
Las consecuencias de la avería se transmitieron en cadena a las estaciones de Catalunya y Clot, donde se repitieron escenas de aglomeración de este verano. El tráfico ferroviario de todas las líneas afectadas se volvió a restablecer a las 11.15 horas, aunque el retraso acumulado demoró más la vuelta a la normalidad.
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