"Sólo quiero un final feliz"

"Sólo quiero una cosa: un final feliz. Quiero volver a encontrar a mis hijos, mi madre y la felicidad de vivir". Margherita Agnelli ha hablado por primera vez desde que citó a juicio, el pasado mes de junio, a los administradores del patrimonio de su padre. Lo ha hecho en una entrevista en La Repubblica, en el día del bautizo de su nieto Leone Elkhann, al que su hijo John decidió no invitarla.

Margherita, de 52 años, única heredera de Gianni Agnelli que aún vive, citó a juicio al abogado de la familia, Franzo Grande Stevens, y a los administradores del patrimonio de la familia en Suiza, Gianluigi Gabetti y Siegfrid Maron, para obtener un recuento completo del patrimonio de Agnelli. "Las demandas que he hecho son exactamente las mismas que hice, de manera informal, desde el primer día en el que abrimos en testamento. Tener conocimiento de lo que uno posee es un derecho elemental. No entiendo todo este ruido", explicó. "Después de la muerte de mi padre", ha contado Margherita, "es como si hubiese saltado el engranaje de un reloj: todas las piezas se han separado. Antes siempre hablábamos. Ahora los llamo por teléfono y no me lo cogen", lamentó.

Y es que este asunto ha supuesto una ruptura en la familia Agnelli, cuya unidad era proverbial en Italia. La demanda corre además el riesgo de descubrir un delicado asunto familiar: el verdadero tamaño de la fortuna del avvocato, que, según The Wall Street Journal, se calcula es de 3.000 millones de dólares.