Espejismo roto

La calma parecía haber regresado a los mercados para quedarse. Cinco días consecutivos de subidas lo probaban. No era cierto. Bastó una jornada como la de ayer, en la que todos los paneles bursátiles se tiñeron de rojo intenso, para darse cuenta de que todo era un espejismo; de que el nerviosismo que ha traído la crisis financiera todavía late en los parqués.

La confianza no ha regresado. El nuevo máximo (4,807) que marcó ayer el Euribor a 12 meses lo certifica. La calma aun está lejos. La consecuencia: la volatilidad.

Hoy llega la gran cita que puede empezar a clarificar la situación: la reunión del Consejo del Banco Central Europeo. Los inversores contienen la respiración a la espera de conocer el veredicto sobre los tipos de interés. A lo que ayer hubo que sumar el informe económico de la Reserva Federal -el llamado Libro Beige.

Las pérdidas dominaron la sesión de ayer en las Bolsas desde el primer momento. El Ibex 35 ya se dejaba medio punto a los pocos minutos de comenzar la sesión. La tónica se acentuó con la apertura bajista de Nueva York. El índice selectivo español perdió entonces el nivel de los 14.300 puntos que tanto le había costado recuperar días atrás. Al final de la jornada, el Ibex acabó devaluándose un 2,40% y liderando las caídas entre los índices europeos, también de una importancia considerable.

A la Bolsa española volvieron a pesarle las constructoras. Cuatro de las cinco del selectivo (Sacyr, Ferrovial, Acciona y ACS) lideraron las pérdidas. Y a ellas se sumaron los grandes valores (Santander, Telefónica y BBVA). Los tres, sin excepción, registraron caídas superiores a los dos puntos. De las 35 empresas del Ibex, sólo Endesa, envuelta en un proceso de OPA, escapó a los números rojos.

El resto de índices también se sumó a la sangría. El Nuevo Mercado lo hizo incluso con mayor decisión que el Ibex 35 y se dejó un 2,63%.