Cuestión de fe

El Getafe mandó ayer un recado. Es un equipo de palabra. Lo que promete, lo cumple. Hasta las últimas consecuencias. Le pueden expulsar a los jugadores que sea, que jamás renunciará a marcar un gol. Michael Laudrup es un romántico. Cosas de principios. El Sevilla le remontó y goleó en la primera jornada, diezmado tras las rojas a Cortés y Sousa. Mario Cotelo siguió ayer el mismo camino. El Recreatico estuvo a un palmo de seguir con la sangría. Sólo el acierto de Manu del Moral, en el minuto 94, evitó un disgusto mayor para el grupo madrileño.

Laudrup exige el control del balón, que circule rápido y bonito. Los goles llegan mimando el balón, no maltratándolo. Es una de las máximas que antes promulgaron Quique y Schuster. Si la defensa del grupo getafense se deshacía de la presión del Recreativo al primer toque, si salía con triangulaciones vistosas, el de Víctor Muñoz se mostró más vertical. La escuadra andaluza apenas fabricó las jugadas. La táctica era sencilla: balón largo, al hueco, para Sinama y que el delantero sacara petróleo del huerto. Por ahí llegó el gol del punta africano, mejor que Uche.

Será un fantasista, abogará por el juego fluido y bonito, pero Laudrup no es tonto. Que no sea mezquino en el trato al esférico no implica que rehuya la disciplina. El mensaje del entrenador danés, tono humilde y educado, chocó ayer con el carácter fogoso de uno de sus veteranos. Mario Cotelo se ganó una expulsión absurda. Sinama-Pongolle se tiró a la piscina y vio la amarilla. No fue bastante para el medio asturiano, que montó una bronca absurda. Y claro, a la calle.

La roja espoleó al Recreativo. Lo que no quita mériro a Víctor Muñoz, otro valiente en un equipo de retales. Salió con la defensa muy adelantada. Prácticamente a la altura del círculo central. Salvo en un par de ocasiones, tiró el fuera de juego con tino.

El Getafe recogió el guante. Aunque Casquero estuvo soberbio, el partido se le terminó yendo. El Recreativo empezó a atosigar la portería local. Olía a gol. Algo meritorio con Abbondanzieri bajo palos. El portero de Argentina, impecable en el uno contra uno -Sinama le felicitó por la parada a su chut, cruzado, tras quebrar la cintura a Belenguer en el área- hasta hizo de libero.

Pese al acierto postrero de Manu del Moral, lo más emotivo fue el homenaje a Antonio Puerta. El Getafe, el equipo al que se enfrentaba cuando cayó fulminado, le recordó con honores. Saltó al césped vistiendo la camiseta del Sevilla. Tras anotar su diana, Del Moral señaló al cielo.

Empate entre Getafe-Recreativo