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Reportaje:Motociclismo | Gran Premio de San Marino

Cómo salvar un circuito

Un grupo de operarios trabajó toda la noche para enjugar el agua acumulada mientras los bomberos de la zona no daban abasto

Oriol Puigdemont

La reaparición del circuito de Misano 14 años después de la última carrera de MotoGP que se disputó aquí ha resultado ser todo menos plácida. Dorna, la empresa que organiza el campeonato, decidió recuperar el circuito a la orilla del Mar Adriático, y fueron muchas las voces críticas que se levantaron por considerarlo un escenario poco seguro para los motoristas y los espectadores. La última carrera que se celebró en esta pista fue el de 1993. Aquél 5 de septiembre, Wayne Rainey sufrió el accidente que lo postró para siempre en una silla de ruedas, y desde entonces el circuito de Misano quedó vetado para albergar carreras del campeonato del mundo.

Por si fuera poco, el diluvio que azotó la zona el viernes y que obligó a suspender la mitad de los ensayos, hizo que muchos se subieran al carro catastrofista. Dorna asegura que el circuito es bueno y que, tras las remodelaciones, puede albergar carreras de las motos más rápidas. No obstante, la tormenta dejó sumergidas zonas del trazado, y activó el dispositivo de emergencia para emerger el circuito y limpiar los tramos de asfalto en los que se había sedimentado tierra.

Las tareas de limpieza del túnel se alargaron hasta minutos antes de los entrenamientos

"La tarea no era sencilla por la cantidad de agua acumulada en algunas zonas. Estuvimos trabajando 60 personas". Lo explica Paul Butler, el director de carrera. "Lo primero que hicimos fue encontrar los desagües y abrir las tapas para que el agua se filtrara. Pero los bomberos estaban desbordados y sus camiones de servicio, atendiendo a gente con problemas", ahonda Butler. "Todo fue mejor a las 18.00 horas cuando el temporal remitió, y el nivel del agua, que llegó a subir un metro, bajó". Los esfuerzos se centraron entonces en limpiar el túnel subterráneo que da acceso a la zona interior del circuito, la única vía por donde evacuar a los pilotos accidentados. "Eso nos llevó más tiempo, y acabamos minutos antes de los ensayos de MotoGP", dice Butler. De hecho, la primera sesión libre de 125cc se retrasó media hora. "La primera parte de la primera curva estaba mojada y los pilotos se hubieran caído. Por eso, a las 8.00, colocamos un helicóptero sobre esa zona para secarla con el aire de las aspas", cuenta Javier Alonso, Yuppie, como se le conoce al director general de Dorna, uno de los encargados de seguridad. En estos días, su walkie talkie ha sacado humo. Con las MotoGP en la pista, todo fue bien en el primer cuarto. Hasta que Marco Melandri salió del Curvone (curva 11), su Honda pisó la moqueta que linda con el cemento, el neumático trasero derrapó y salió escupido. Mientras se revolcaba por la gravilla, su moto se encabritó, comenzó a volteretear e impactó con la alambrada que protege al público de una de las gradas y se detuvo sobre la barrera de neumáticos. Melandri salió ileso y se reincorporó a los ensayos.

En ese punto, hace dos meses, la moto de Nicolás Pirot, un piloto belga de Superstock (motos de serie) acabó en la grada tras darse un costalazo a 180 kilómetros por hora. "En ese accidente, la escapatoria era de cemento, no había gravilla. Lo que pasó ayer es que la lluvia compactó la tierra y la moto de Melandri no se detuvo cómo yo esperaba. Hoy (por ayer) la comisión de seguridad debatirá qué hacer con esta curva el año que viene", zanja Alonso. Por si acaso y de cara a la carrera de hoy, bien hará Yuppie si recarga las baterías de su walkie talkie.

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