Robben y la Lotería
Uno de los misterios más insondables del fútbol es por qué un jugador triunfa en el club X y fracasa en el club Y; otro es por qué le va bien en un país y fatal en otro. Diego Forlán fue un fiasco en el Manchester United y pichichi a la primera en el Villarreal; José Antonio Reyes, un crack en el Sevilla y un fracaso en el Arsenal; McManaman, grande en el Liverpool, poca cosa en el Real Madrid; Mikel Arteta, nada espectacular en la Real Sociedad, enorme en el Everton.
¿Qué será del fichaje más caro del verano en España, del sonado traspaso de Arjen Robben del Chelsea al Real Madrid? El club y, según parece, la afición lo han recibido como responderían a una gran victoria en el campo: con el puño cerrado, en plan triunfal.
Lo curioso es que la afición del Chelsea no ha interpretado el traspaso como una derrota. En contactos mantenidos esta semana con fans del club londinense lo que ha trascendido es que la venta de Robben se ha llegado a ver, incluso, como motivo de celebración.
Lo que sigue es parte de un correo electrónico recibido el jueves, día en el que se cerró el traspaso del holandés, de un aficionado de toda la vida del Chelsea. Va a todos los partidos de casa, y a muchos fuera, y se llama Peter.
"Robben tuvo una buena primera temporada en el Chelsea. Las últimas dos ha sufrido lesiones importantes y cuando ha jugado ha sido la sombra del jugador que fue, mucho menos peligroso y desbordante, y a menudo egoísta. Los fans del Chelsea le tenemos cariño por las jugadas fabulosas de sus mejores tiempos, pero también le vemos con cierto recelo. El rumor muchas veces repetido de que es él quien decide cuándo está recuperado de sus lesiones, y no el equipo médico, fue el motivo de fondo de la tensión que hubo entre él y Mourinho".
En cuanto a los 36 millones que el Real Madrid ha pagado por Robben, el doble de lo que el Chelsea pagó por él en el 2004, Peter dijo: "Creo que el Chelsea ha hecho un gran negocio vendiéndolo al Real Madrid por esa cantidad. Lo lógico sería que hoy valiera menos de lo que pagamos por él hace tres años".
Ésta no es una opinón perversa o aislada. Peter conoce íntimamente el sentimieno de las gradas del estadio de Stamford Bridge, y el asombro que ahí sienten por la cantidad que el Madrid ha estado dispuesto a desembolsar por Robben lo comparte la mayor parte de la prensa deportiva inglesa. No hay más que remitirse a los hechos. Robben fue fichado por el Chelsea porque se consideraba que creaba y marcaba goles. La temporada pasada jugó un total de 37 partidos con el Chelsea en todas las competiciones y no sólo tuvo poco impacto en el campo comparado con jugadores de la talla de Drogba, Lampard y Essien, sino que marcó sólo en tres ocasiones.
Es verdad que, en su mejor versión, tiene regate y explosividad, pero cuando se le propuso a un veterano redactor de deportes inglés esta semana que Robben quizá cumpliría un papel para el Real Madrid parecido al de Leo Messi para el Barcelona, soltó una carcajada despectiva. "Robben", comentó, "es una versión pobre de Messi. Muy pobre".
Esta opinión la comparte, con toda seguridad, la mayoría del público futbolero inglés. Los que no la comparten son los que mandan en el Real Madrid. Y quizá tengan razón. Como decía Peter, el del Chelsea, en su correo de esta semana. "¿Quién sabe? Quizá la Liga española le vaya mejor que la inglesa. Quizá su traspaso al Madrid tenga un impacto electrizante y nos vuelva a recordar lo bueno que puede ser".
O quizá no. Salvo en casos de jugadores consagrados como supercracks -los Zidane o Maradona o Cruyff- esto de los traspasos es una especie de lotería. Una apuesta que en el caso específico de Robben puede salir bien, o puede resultar un desastre. Lo cierto es que 36 millones es mucho dinero por el holandés. Dado lo que sabemos a ciencia cierta - su tendencia a lesionarse y lo poco que ha rendido los últimos dos años- no deja de ser un negociazo para el Chelsea, y un disparate por parte del Real Madrid.
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