El portero salva al seleccionador

De los decenas de miles de espectadores que asistieron en el nuevo Wembley a la derrota por 1-2 de Inglaterra frente a Alemania, el miércoles en un amistoso, hubo uno, activo, que salió contento: George McClaren. El seleccionador local vio "un 80% de cosas buenas en Inglaterra y un 20% de cosas malas". Lo malo es que de ese 20%, en su opinión, vinieron dos goles que significaron la quinta victoria consecutiva de Alemania en Inglaterra. Conclusión: el técnico británico vuelve a estar en el alero, como ayer señalaba la prensa británica.

Le salvó a McClaren la desastrosa actuación del portero Robinson, que concedió infantilmente el gol del empate a Alemania, obra de Kuranyi. A través de él se estructura el mensaje de la prensa británica para explicar la decepción inglesa. "Qué montón de basura", titulaba The Sun, en un juego de palabras entre Rob (de Robinson) y robbish (por rubbish, basura en inglés). La actuación del guardameta del Tottenham mereció en The Times la definición de "más tembloroso que un pudin de gelatina en el túnel del viento".

En cierto modo, Robinson, un portero que nunca ha gozado de la simpatía popular, salvó momentáneamente a McClaren en los titulares, especialmente hirientes con el arquero. El meta ya estaba preparado para ello: "La gente no va a tener compasión conmigo y además lo entiendo", declaró a la BBC al término del encuentro. The Independent lo ratificó: "La metedura de pata de Robinson deja a Inglaterra en busca de portero". Robinson fue sustituido por Calamity James, que no mejoró la actuación de su compañero.

Sin embargo, Inglaterra es algo más que su portero. Ciertamente, las bajas mediatizaron el encuentro. Sobre el terreno del nuevo Wembley no estuvieron Rooney, Gerrard, Hargreaves, en Inglaterra, o Ballack, Schweinsteiger, Klose o Podolski, en Alemania. A eso se agarraba McClaren para diferenciar el encuentro del resultado, pero lo cierto es que la historia pesa en exceso. Cinco derrotas consecutivas en Wembley con Alemania son algo más que un accidente y refuerzan el subconsciente colectivo de que Inglaterra no encuentra su lugar en la élite europea. El cuadro germano no es hoy por hoy una potencia futbolística, y aún así sigue amargando la vida a los ingleses. El grupo que dirige Loew se limitó a su juego habitual y a aprovechar sus ocasiones, especialmente la última del joven defensa Pander (del Bayer Leverkusen), desde unos 25 metros.

En Inglaterra, lo unico aprovechable fue la actuación del lateral Richards, un portento físico del Manchester City, y los 90 minutos de Beckham. "Ha jugado bien y, especialmente, ha podido jugar los 90 minutos", declaró McClaren. El jugador de Los Ángeles Galaxy parece haber superado sus problemas de tobillo y podrá comparecer en los próximos compromisos oficiales ante Israel y Rusia en septiembre.

Para colmo de los porteros, el de Alemania, Lehman, con nómina en el Arsenal, tampoco tuvo una noche feliz, especialmente en un caño de Dyer que erró Owen. Tanto fue así que el sensacionalista Daily Mirror caricaturizaba a ambos guardametas. "¿Eres Lehman disfrazado?", le preguntaba a Paul Robinson.