_
_
_
_
Reportaje:

"¡Quiero que esto sea una rivalidad!"

Tyson Gay reta a Asafa Powell, plusmarquista de los 100 metros, sólo cuatro días antes de que se inicien los Mundiales de Osaka

Dos campeones sin corona empiezan a luchar en cuatro días por el trono más preciado del atletismo. La cita es en Osaka (Japón), bajo un calor axfisiante y una humedad implacable. El objetivo, proclamarse campeón de los 100 metros en los Mundiales. Y la meta, juntar, por fin, a los dos mejores velocistas del momento, que se llevan rehuyendo desde hace meses. Asafa Powell, el hombre más rápido de la historia (9,77s), fracasado hasta ahora en los grandes campeonatos, busca su primera gran medalla. Y Tyson Gay, el hombre más veloz del año (9,84s), quiere evitarlo o hacer historia fracasando en el intento. Lo dijo ayer mientras esperaba para probar la pista milagrosa del estadio Nagai, de Osaka, un tartán en el que se han aplicado las últimas tecnologías y que ya se ha ganado fama de vertiginoso creador de récords.

"Estoy preparado para correr contra Gay, pero lo importante es el oro", dice Powell

"¡Quiero que esto sea una rivalidad!", proclamó Gay, un estadounidense que lo mismo corre con una rodilla maltrecha que se deja fotografiar dando zancadas bajo un paraguas en un tartán londinense. "Quiero conseguir la medalla", rugió. "Estoy trabajando realmente fuerte. Y estoy seguro de que Asafa quiere más competencia", cerró.

Las palabras de Gay sonaron a respuesta obligada. "Estoy preparado para correr contra Gay", había dicho Powell nada más aterrizar en Japón hace seis días, "aunque lo más importante para mí es ganar el oro". "La pista de Osaka es rápida", dijo el jamaicanao. "Si las condiciones son las adecuadas, puedo lograr un nuevo récord del mundo", aseguró.

Los dos velocistas se han demostrado alergia a lo largo del año. Querían reservarse para los Mundiales. Excitar los sentidos de los promotores con vistas a las reuniones atléticas que sigan a su lucha por el oro mundialista. Y curarse de sus dolencias. Gay, de la rodilla. Powell, de la ingle.

"La espera hará mucho más emocionante nuestro encuentro en la pista de Osaka", reflexionó ayer Gay. "Es lo que prefería hacer porque, cuando pise la pista para correr contra él [Powell], quiero estar al ciento por ciento, sin problemas en la rodilla y sin problemas psicológicos; absolutamente concentrado y preparado para la carrera".

Convertidos en uno de los grandes atractivos de los Mundiales, los dos atletas han dedicado la temporada a dulcificar en la distancia los gestos bravucones que siempre han distinguido a los velocistas. Powell y Gay se sienten llamados a cumplir una misión: limpiar el oprobio que rodea su prueba desde los casos de dopaje de Tim Montgomery, el hombre milagro del esprint, y de Justin Gatlin, el campeón olímpico y mundial. Suya es la obsesión por dar al atletismo un nuevo héroe. Y la intención declarada de convertirse en un campeón de los 100 metros limpio, creíble, fiable y digno de figurar en los libros de historia.

"Sólo hace falta un único esprinter", reflexionó ayer Gay, "que nunca en su carrera dé positivo. En cuanto pase, el resto de velocistas aparecerá bajo una luz distinta de nuevo".

Gay y Powell le pusieron ayer palabras a un reto que desde hace meses tiene protagonistas, fecha y lugar programados. Los 100 metros buscan un nuevo rey. Y dos campeones sin corona han decidido hacer saber al mundo que quieren hacer de su duelo una rivalidad para la historia.

Tyson Gay (a la izquierda) vence a Derrick Atkins en junio pasado en Nueva York.
Tyson Gay (a la izquierda) vence a Derrick Atkins en junio pasado en Nueva York.ASSOCIATED PRESS

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_