Ante la duda, Holanda

"Somos el Madrid y esta temporada buscaremos la excelencia en el juego", dijo el presidente, Ramón Calderón, hace un mes. La llegada de Bernd Schuster al banquillo estuvo acompañada por anuncios rotundos de una progresión hacia el espectáculo. Sin embargo, la relación de altas y bajas de la plantilla no garantizaba, hasta ayer, una mejoría en la calidad. La apuesta más decidida por hacer un fútbol atractivo ha sido la contratación de Sneijder. A falta de Ballack, Cesc y Kaká, el Madrid siguió una vieja tradición española: cuando la intención es jugar bien, Holanda es una referencia inequívoca.

El Madrid intenta sin éxito desde hace cuatro años contratar jugadores que mejoren el nivel de la plantilla. Desde que compró a Beckham y vendió a Makelele en el verano de 2003, los esfuerzos han sido en vano. Beckham no era Makelele. Era peor. La sustitución de Robinho por Figo en 2005 tampoco garantizó una mayor capacidad de desborde por las bandas. En 2006 fue necesario fichar a discreción para cubrir el vacío que dejó Zidane. El club contrató a Diarra, Emerson y Gago. Ninguno de los tres demostró la claridad del francés para ordenar el juego. Sesenta millones de euros no fueron suficientes para reemplazar a Zidane.

El veredicto del más respetado de los madridistas, Alfredo di Stéfano, sirve de prueba: "Alguien debió decirle a Zidane que tenía que seguir un año más".

El responsable de las contrataciones, Pedja Mijatovic, admitió en enero que los "errores" en la confección de la plantilla fueron "inevitables". Según Mijatovic, el verano pasado, por el efecto del proceso electoral y la crisis institucional que sacudió al Madrid, se hizo muy difícil acudir al mercado en condiciones favorables: "Hemos llegado tarde, sin un entrenador, y nos hemos encontrado a una plantilla veterana".

Un verano después, Mijatovic afrontó dificultades parecidas. Hasta ayer, el salto de calidad de la plantilla seguía siendo dudoso. Es incierto que Drenthe mejore a Roberto Carlos, que Balboa tenga más armas que Reyes, que Pepe aporte más recursos defensivos que Helguera o que Saviola sea más útil que Ronaldo. Todos ellos tienen pinta de jugadores de complemento. Sneijder, por el contrario, responde a otro ideal.

Lo descubrió Danny Blind, que pronto lo ascendió al filial. Ronald Koeman se encargó de que debutara en Primera en 2002. No tardó en destacar. Temporada tras temporada, fue asumiendo más responsabilidades. Lo hizo con naturalidad, como sus 18 goles en 30 partidos en el último campeonato. Por carisma y por estilo, Sneijder recuerda al arquetipo de una escuela que se remonta a Cruyff. Además, tiene cara de chico bueno y es holandés, como el actual pichichi. Para Calderón esto no es casual. El presidente ya lo dijo: "Van Nistelrooy es el modelo ideal de lo que debe ser un jugador del Madrid".