En plena crisis
El anuncio de inyección de liquidez al sistema financiero por parte de los bancos centrales de la UE y Estados Unidos tenía la intención de devolver la tranquilidad a los mercados, pero su efecto real ha sido el de mostrar a los inversores el verdadero tamaño de la crisis desatada por la presencia de activos de alto riesgo en entidades financieras de todo el mundo.
Los mercados de valores han reaccionado negativamente ante el goteo de anuncios por parte de las entidades financieras afectadas, hasta el punto de que ni siquiera un comunicado de los dos grandes bancos españoles afirmando su "casi inexistente" exposición a las hipotecas de riesgo o a los bonos garantizados con activos subprime consiguió impedir que su cotización sufriera un severo correctivo.
El Ibex 35 ha perdido en esta última sesión el 2,59%, arrastrado principalmente por los dos valores bancarios. La cotización del Banco Santander bajaba el 3,24%, mientras que la de BBVA caía el 3,79%, al desprenderse los inversores indiscriminadamente de los títulos de entidades financieras.
La Bolsa de París cayó ayer el 3,13%, y la de Londres, el 3,71%, mientras que Francfort parecía más a resguardo del temporal y sólo perdía el 1,48%.
La Bolsa de Nueva York, que desencadenó este movimiento vendedor al caer el pasado jueves el 2,83%, parecía recuperar algo de tranquilidad en esta última sesión. Aunque en algunos momentos el índice Dow Jones de valores industriales llegó a bajar el 1,60%, al cierre las pérdidas se limitaron al 0,23%.
La situación actual para la Bolsa española es delicada, a menos que los inversores admitan la ausencia de riesgos comunicada por los dos grandes bancos. Aun así, parece difícil que algún mercado pueda sustraerse a un movimiento global de la magnitud del que se ha vivido en esta semana.
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