"Estudien mi ADN"

Está harto. Cansado de suspicacias, de insinuaciones y del menosprecio al que está siendo sometido. Alberto Contador ha reventado. El ganador del Tour de 2007 se siente ultrajado por la ligereza con que se le relaciona con prácticas dopantes sin aportar pruebas en su contra. Las acusaciones del médico alemán Werner Francke y de los organizadores de la Clásica de Hamburgo, que le vetaron por su supuesta vinculación a la Operación Puerto, han colmado su paciencia. Contador se defiende. Y pasa al ataque.

El ciclista de Pinto compareció ayer en la sede del Consejo Superior de Deportes escoltado por Jaime Lissavetzky, secretario de Estado para el Deporte, y Johann Bruyneel, su director en el equipo Discovery Channel. Con gesto serio y tono solemne, leyó un comunicado en el que pidió respeto y confianza y reiteró su compromiso en la lucha contra el doping. "Nunca he cometido un acto de dopaje. Nunca he participado en un acto de dopaje", aseguró el corredor. "He ganado esta carrera de manera limpia y me resulta imposible comprender los ataques que ponen en duda mi honradez como deportista", recalcó.

Contador dejó claro que su implicación en la lucha contra el dopaje es absoluta y que cuenta con el respaldo institucional de todos los organismos -el CSD va a concederle la medalla de oro al mérito deportivo- y de todas las autoridades competentes en la materia. "Mi compromiso es absoluto. Siempre estaré dispuesto a colaborar", afirmó; "he cumplido en todo momento la normativa. Año tras año, envío los cuestionarios de localización para ser controlado. He pasado todos los controles, sorpresa y programados, en mi domicilio y en competición", continuó.

Tal es su empeño en que no quede lugar a la duda, ningún resquicio por el que los malpensados puedan colar sus sospechas veladas, que el ciclista, de 24 años, hizo toda una declaración de intenciones: "Me pongo a disposición de la Unión Ciclista Internacional, de la Agencia Mundial Antidopaje, del Comité Olímpico y de la Federación para cuantos estudios consideren oportunos hacer sobre mi persona. Incluido mi ADN".

La declaración finalizó con una advertencia: "No sé si queda algo más por hacer. Pero, si persisten las informaciones difamatorias y los ataques, recurriré sin la menor vacilación a los medios legales existentes en un Estado de derecho".

Contador estrechó la mano de su director y anunció que no admitiría preguntas. Se limitó a hacer un breve comentario tras la lectura del comunicado, al que calificó de "preciso y contundente". Y lanzó un mensaje cargado de ironía: "Prefiero no hablar para evitar interpretaciones y conclusiones equivocadas".

''Nunca me he dopado''