"El campo ya no interesa"
Nikita y Molly son de Vilatuxe. Son dos de las vacas lecheras que viven en la última pequeña explotación que sobrevive en esta zona de la comarca del Deza (Pontevedra). Su dueño es Benjamín Otero, de 43 años, que mantiene -junto a su madre- la granja familiar con 22 animales. El resto de la familia se fue a la ciudad. "Los jóvenes buscan un trabajo más cómodo. El campo no interesa. Hace 10 años había ocho ganaderos. Ahora sólo quedo yo".
Benjamín alimenta a sus vacas con hierba que él mismo cultiva, y cuando hace buen tiempo, las saca a pastar. Es una forma de luchar contra la subida del pienso, pero también un factor de diferenciación. "Cuando llega el otoño, las vacas salen tres veces por semana. Eso no lo pueden hacer las grandes explotaciones", dice.
Benjamín cuenta que la producción de leche tiende a desaparecer. "En la feria de Silleda se venden cerca de 500 vacas para carne cada semana", dice. La carne da algo más de dinero. "Pero si todos nos pasamos a la carne, acabaremos teniendo el mismo problema", concluye.
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