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Reportaje:CONSAGRADOS Y NOVATOS

Curvas pronunciadas, en ascenso

La modelo Marina Serrano y su maestra, Raquel Revuelta, contra la delgadez extrema

Juan Jesús Aznárez

La modelo sevillana Marina Serrano tiene 17 años, una talla 36-38, una estatura de 1,80 y poco más de 60 kilos de peso, no porque se alimente de lechuga, sino porque su constitución es ésa: huesos largos y mucho magro, con músculos suavemente moldeados por el deporte. "Me gustan las curvas en una mujer". A los diseñadores, no tanto: son proclives a los cuerpos aplanados, desmadejados, andróginos. Y la anorexia, ofreciendo sus servicios.

Raquel Revuelta, de 40 años, 1,75 metros, que fue modelo y Miss España 1989, rechaza sin ambages la delgadez extrema. "Está teniendo un efecto muy negativo". Fue modelo en la década de los años ochenta, cuando algunas supermodelos se aumentaban los pechos con silicona y las mollas tenían mejor prensa. Otros tiempos y otras modas.

El reciente desfile de esqueletos por pasarelas de renombre internacional movilizó a las asociaciones y organismos públicos interesados en desterrar una moda que, colgada sobre figuras flaquísimas, influye perniciosamente sobre la adolescencia, una edad en la que buena parte de las chicas reniegan de su cuerpo: se ven gordas y feas.

La industria transmite imágenes que hacen soñar y las evocaciones del título Elite Model Look, de la Fashion Week de París y Milán, de Cibeles y Gaudí o de las revistas Sports Illustrated, Elle, Vogue o Marie Claire son determinantes en las chicas altas y delgadas.

Legiones de españolas quieren ser como Laura Sánchez e Inés Álvarez. El mundo de las pasarelas ha cambiado drásticamente: "Cuando yo empecé a trabajar en el mundo de la moda, en general, en España, la cultura de moda no tenía nada que ver con la de ahora. Ahora estamos más preparados y somos mucho más profesionales en todo".

Lo son desde la modelo, el maquillador y el fotógrafo hasta el diseñador, obligado a ser empresario, o a tener una empresa detrás, si quiere consolidarse: importar, exportar, vender.

¿Cómo eran las modelos antes? "Aunque me cueste reconocerlo, éramos menos profesionales, porque no se generaba tanto trabajo como para poder vivir de esto exclusivamente", agrega Revuelta.

¿Había tanta polémica sobre la delgadez? "No, no, sino todo lo contrario. Era la época de las modelos con curvas, Claudia Schiffer, Linda Evangelista -que no fue una mujer de curvas, pero tampoco extremadamente delgada-, Naomi Campbell; era el apogeo de todas estas modelos. Entonces se operaban para ponerse pecho".

Marina Serrano, que ha nadado "muchísimo, muchísimo", no piensa sacrificar su salud para ganarse un espacio en la pasarela: "Las modas cambian y cada tiempo tiene su preferencia y su admiradores, pero a mí no me gustaría llegar a ese extremo. Yo, la verdad, es que acabo de empezar y nadie me ha dicho tienes que adelgazar, tienes que tener estas medidas, ¿sabes? Al revés. Me dicen, Marina, estás más delgadita...".

Raquel Revuelta, su maestra, es consciente del mensaje negativo lanzado, frecuentemente, desde las pasarelas. "Pero eso, afortunadamente, está cambiando. ¿Qué pasó? Pues simplemente una cuestión de imagen y de estética: es el reflejo de lo que hay en la calle, en las discotecas, que son esos jóvenes con pintas de cansados, incluso bajo los efectos de drogas, y eso se lleva a las pasarelas. No es más que un reflejo social, como ha ocurrido en todos los movimientos culturales".

Para evitar tocar fondo, las modelos deben presentar en España e Italia un índice de masa corporal (IMC) -que mide el contenido de grasa corporal en relación a la estatura y el peso- por encima de 18; la Organización Mundial de la Salud (OMS) establece 18,5 como índice saludable.

Algunos nutricionistas, sin embargo, afirman que algunas mujeres pueden tener un IMC bajo y, paralelamente, una excelente salud. La modelo Natalia Vodianova, que fue imagen de Calvin Klein, confesó que a los 19 años, cuando comenzó su carrera, la presión del mundo de la moda era tanta que llegó a pesar 48 kilos.

"Para nada me gustaría llegar a los extremos", interviene Marina. "Todo depende de cómo eres. Por supuesto que me gustaría llegar a ser una supermodelo, pero para mí es en estos momentos como un hobby". Este año comenzará segundo de bachillerato y tiene el proyecto de estudiar publicidad, marketing y relaciones públicas.

"Ser modelo no es algo que me obsesione, porque, si esto me falla, por mi aspecto o por lo que sea, sé que voy a tener mi trabajo, mi dinero y mi vida propia".

Raquel Revuelta subraya que las modelos están en el ojo del huracán por el aumento de los casos de anorexia. "Y si se analiza el problema de estos chicos y chicas anoréxicos, se observa algo común: la falta de autoestima", precisa. "Y esa carencia se desarrolla y se forma en un círculo más íntimo y familiar. Ahí hay que ir también. No se debe responsabilizar solamente al sector de la moda".

Raquel Revuelta, a la izquierda, junto a Marina Serrano.
Raquel Revuelta, a la izquierda, junto a Marina Serrano.PÉREZ CABO

Marina Serrano

La última generación de modelos incluye entre sus filas a esta joven sevillana (1990), que antes había practicado la natación de competición, en la que obtuvo varios premios nacionales. Debutó en las pasarelas en el certamen Miss Sevilla 2000 y ha desfilado en el Salón Internacional de la Moda Flamenca escaparate de este tipo de confección, y en la Semana de la Moda de Sevilla.

Raquel Revuelta

Sevillana (1967), casada y con tres hijos, ha participado activamente en el sector desde hace más de veinte años. Miss España en 1989, compaginó la carrera de modelo, empresaria y presentadora de televisión. Creó la agencia Doble Erre, con un centro de formación de modelos, y trabaja en la promoción del sector textil andaluz.

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