El arte de la subversión
Cinco artistas muestran en la Casa de América su visión irónica de la sociedad
Una representación de la santa cena cuelga estos días de una de las paredes de Casa de América. Pero en lugar de apóstoles, hay hombres con camisetas de fútbol. Y en vez de pan comen cerdo asado y no beben vino, sino cerveza. Se trata de una creación de Marcos López, un artista que lleva a personajes del imaginario argentino a escenarios insospechados. Sus obras comparten espacio con las de cuatro artistas latinoamericanos, en la muestra Arte, sátira... ¡subversión!, que alberga Casa de América.
La exposición es un viaje salpicado de humor negro, frivolidad y cinismo. Los cinco artistas se valen de la parodia para apuntalar contenidos serios, para hablar de identidad, de clichés o de estereotipos. Así, por ejemplo, el cubano Elio Rodríguez se burla de la idea de que todos los negros son buenos amantes. Los canarios Martín y Sicilia, retratan a un Ejército español en decadencia. Rubén Ortiz-Torres, mexicano, convierte una pirámide maya en un parque de atracciones. López esconde en un desván sucio a Eva y a Perón. Y el colombiano Santiago Echeverry desvela su transformación en una drag queen.
Una serie de figuras humanas cortadas en madera recibe al visitante en el segundo nivel de Casa de América. Son militares de cabellos largos y alborotados, que alzan las copas sobre sus abultados estómagos. Las botas se truecan por zapatos de cuero café y sus uniformes les resultan o muy estrechos o muy holgados. Es obra de Martín y Sicilia, que pintan al estilo del siglo XVIII, personajes contemporáneos. "Es el antiejército, inspirado en el Marte, de Velázquez. Esta obra llega a lo teatral, tanto que recuerda a los escenarios decimonónicos, del teatro del XIX. Cuando pasaban por detrás el mar recortado".
A Elio Rodríguez le hace gracia que la gente piense que él sabe tocar los timbales sólo porque es cubano. Por ello se inventó a "Macho", su álter ego, que es todo lo que la gente pretende que él sea. "Toda identidad es una mentira", reflexiona.
Macho aparece en una serie de carteles de películas, al estilo de los años cincuenta. Es el protagonista de Gone with the Macho, o el enorme gorila que rescata a la damisela en peligro. "La mejor manera de cuestionarse las cosas es riéndose de ellas", asegura, y por eso se ríe a carcajadas en la obra Jinetero, una pieza que parodia a los grabados coloniales de las etiquetas de puros.
En la pintura se retrata a sí mismo con cuerpo de caballo, cabalgado por una chica de largos cabellos. La mujer es su pareja, una joven española. Jineteros son los cubanos que se prostituyen con turistas. "Un negro con una extranjera sólo puede ser jinetero, la gente lo ve así, entonces decidí dárselo".
Sátira, arte, subversión. Casa de América (plaza de Cibeles, 2). De lunes a sábado de 11.00 a 20.00 y domingo de 11.00 a 15.00. Hasta el 8 de septiembre. www.casamerica.es
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.