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Reportaje:

Olas traicioneras

Nueve personas han muerto ahogadas este fin de semana en las costas españolas y una veintena en lo que va de mes de julio

En sólo cinco días, los socorristas de la Cruz Roja de Oropesa (Castellón) han sacado de las olas a dos niños ahogados. El lunes 9 de julio uno de ellos en una moto acuática encontró el cuerpo de un chico de 12 años flotando cerca de la cala del Retor; cuatro días después, el viernes 13, la fecha de las malas películas de terror, una patrulla de socorristas de la playa de La Concha intentó sin éxito reanimar a un niño de seis años que un bañista había arrastrado fuera del mar. Los dos menores se ahogaron cuando ni siquiera tendrían que estar en el agua. El lunes ondeaba la bandera roja y el viernes, la amarilla.

Nueve bañistas se han ahogado este fin de semana en las playas españolas. Seis en las costas de Levante, dos en Baleares y uno en Nerja (Málaga). Al menos 22 personas en lo que va de julio. Son datos difíciles de recopilar porque no existe un registro único de accidentes: la protección de las playas es una competencia descentralizada. Cada municipio se ocupa de gestionar la vigilancia en su litoral. Los socorristas de Cruz Roja son los más abundantes, pero muchos ayuntamientos cuentan con su propio servicio de salvamento y otros recurren a empresas privadas.

El mar es un amigo traicionero, pero la Cruz Roja insiste en que muchas de estas muertes son evitables. Los dos niños de Castellón fueron víctimas de su supuesta imprudencia, y no son los únicos. El mismo viernes 13, en Orihuela (Alicante), dos personas murieron intentando rescatar a una niña. Eran un español de 57 años y un holandés de 39. En este caso se trató de un cúmulo de imprudencias. La niña estaba sola en el agua a las 10.30, media hora antes de que los socorristas empezaran su turno. Cinco personas se percataron de que la corriente se la llevaba y se lanzaron en su auxilio, justo lo que los expertos recomiendan que no hay que hacer. En estos casos lo conveniente es lanzar un objeto flotante y alertar a un especialista. El mar le dio la razón a la Cruz Roja: dos de los rescatadores murieron, otros dos casi se ahogan y el quinto sufrió una crisis de ansiedad. La niña llegó a la orilla ilesa, devuelta por la misma corriente que la había raptado.

La Cruz Roja se queja de que, aunque muchas de sus recomendaciones son conocidas, año tras año mueren bañistas por ignorarlas: nadar en aguas vigiladas, no entrar en el mar bruscamente después de tomar el sol o haber comido y respetar las banderas de señalización (prohibido el baño con la bandera roja, agua por la cintura con la amarilla y sin peligro con la verde). La Cruz Roja también recuerda que, de ser arrastrados por el mar, los bañistas deben nadar en paralelo a la orilla hasta encontrar un punto sin corrientes.

Los más vulnerables son los niños. La Asociación Estatal de Víctimas de Accidentes (DIA) advierte, citando datos de la OMS, que "cada año mueren en España entre 70 y 150 niños por ahogamiento en playas, piscinas, ríos y embalses" y subraya que un 77% de los fallecidos desaparecieron de la vista de sus padres tan sólo cinco minutos antes del accidente.

Como las recomendaciones no siempre funcionan, algunos ayuntamientos han decidido multar a los bañistas que ponen en peligro su vida y la de los que intentan rescatarles. Las sanciones llegan a los 3.000 euros, la cantidad récord con la que castiga Cartagena (Murcia) a los que ignoran la bandera roja.

Cruz Roja dispone de un teléfono (902 22 22 92) y una página web (www.cruzroja.es) con la lista completa de medidas de precaución en castellano, inglés, alemán y francés.

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