"Ahora el Banco de España deja correr más a las cajas"

Juan Ramón Quintás (A Coruña, 1943) lleva 13 años como director general y cinco como presidente de la Confederación Española de Cajas de Ahorros (CECA). Como buen gallego es hábil negociador, virtud que le ha servido para sobrevivir en un sector convulso y tantas veces atacado por la política. Este catedrático de Teoría Económica, ex diputado de UCD, procedente de Caixa Galicia, ha visto casi todo en el sector. Hace un año defendió a las cajas con uñas y dientes cuando sintió que eran víctimas de injusto ataque por parte de los bancos, que denunciaron ante Bruselas que ellos no podían comprar cajas pero sí a la inversa. Ahora está más tranquilo, pero espera nuevos ataques en 2008.

"En ocasiones, el 'ruido' originado cuando hay relevos en el consejo ha sido tan perturbador que ha perjudicado nuestra imagen de independencia"

"Tras las elecciones, cuando se puedan iniciar las reformas legales, los enemigos de las cajas aprovecharán para atacarnos"

Pregunta. ¿Cuál es la situación actual de las cajas de ahorros?

Respuesta. Las cajas se enfrentan a unos escenarios de máxima competencia, pero están en su momento de máxima potencia en los dos siglos de historia y aprovecharán sus oportunidades.

P. Ha declarado que espera ataques institucionales en 2008...

R. Quizá no me expresé bien. Lo cierto es que acabamos de cerrar la ley financiera y pedimos tiempo y máximo consenso a las autoridades políticas antes de que lleguen otras reformas. Creo que se abordará en la próxima legislatura y espero que sea un texto legal que valga para diez años. El clima político actual de alta tensión y con elecciones generales en el horizonte, impide abordar estos cambios, aunque ahora podría iniciarse una reflexión sobre un ajuste fino de las cajas.

En los últimos años, el FMI, Bruselas y la Fundación de Estudios Financieros han pedido sensatas reformas en las cajas. Cuando llegue este momento es muy probable que los enemigos de las cajas, y nuestros éxitos nos han reportado más de uno, aprovechen que se haya abierto el melón para atacarnos. Me lo dice mi experiencia y algunos indicios indirectos.

P. Reclaman una reducción de la regulación financiera, una ley general bancaria, ¿no es así?

R. Las cajas están sometidas a más de 20 leyes diferentes y sería bueno simplificarlas y eliminar las que no sean necesarias. Queremos que, antes de las nuevas regulaciones, se mida el coste que tiene para el sector. Lo apoya tanto el gobernador del Banco de España como Alfredo Sáenz y Emilio Botín, máximos responsables del Santander. La Comisión Europea se ha propuesto reducir en un 25% la carga burocrática.

P. Usted ha pedido rebajar el peso de los políticos en las asambleas de las cajas desde cerca del 50% actual al 25% o 30%. ¿Por qué?

R. La ley básica de las cajas, la LORCA, establecía que ningún grupo debe dominar los órganos de las cajas, sean políticos, empleados o usuarios. El Fondo Monetario Internacional (FMI) y la Fundación de Estudios Económicos también piden reforma.

P. ¿Y cómo podrían ser esas reformas?

R. No quiero hablar hasta después de las elecciones generales para evitar polémicas estériles.

P. La norma dice que los políticos tienen una influencia menor al 50% en los órganos de gobierno, pero la sensación en la opinión pública es que su influencia es enorme.

R. Cuando hay relevos de ejecutivos el ruido que surge en el ámbito político es enorme y hay más ruido en las regiones donde la influencia política es mayor. En algunos casos ha sido tan perturbador que ha perjudicado nuestra imagen de independencia. Pero los políticos no influyen en la gestión, que siempre ha sido profesional y ha permitido alcanzar éxitos.

P. En el caso de la opa de E.ON sobre Endesa, Caja Madrid (que tiene un consejo lleno de representantes de partidos) estuvo sometida a presiones políticas para condicionar su posición. ¿No es esto influir en la gestión?

R. Suspendí mi condición de consejero de Endesa durante todo el proceso de opa y no quiero hablar de ello. Sin embargo, cuando un político se sienta en un consejo no representa a un partido sino a los impositores, trabajadores o a un ayuntamiento. Deben tomar las decisiones que más interesen a la caja. Al final prevaleció el interés de la caja.

P. La comisaria de la competencia, Noelie Kroes, presiona a las cajas por su modelo societario. ¿Cómo viven esta presión?

R. No tenemos ningún problema en que se nos pida información para que se conozca mejor a las cajas. Creo que todavía se entiende mal el modelo español, que es muy singular. Por ejemplo, competimos fieramente entre nosotros, cosa que no ocurre en otros países...

P. ¿No cree que los gestores, en ocasiones, ceden a los políticos la obra social para que les dejen libertad en la cuenta de resultados?

R. En una sociedad anónima la tecnoestructura logra su libertad para actuar a cambio de pagar un buen dividendo, algo similar ocurre en las cajas. La independencia como gestor está garantizada si los resultados son brillantes.

P. Miguel Ángel Fernández Ordóñez cumple ahora un año al frente del Banco de España. ¿Cuál es el balance de su relación con la institución?

R. Existe una mayor flexibilización en las relaciones. Al anterior equipo le pedimos que rebajara la tutela y ahora hay una relación más abierta, menos paternalista aunque igualmente prudente.

P. ¿Por qué tuvieron tantos enfrentamientos con Jaime Caruana, el anterior gobernador?

R. Bueno, se insistía mucho en la emisión de cuotas participativas, con las que no tenemos ningún problema, pero había un exceso de celo con las cajas. El actual gobernador está dispuesto a dejar correr más a las cajas que el anterior.

P. La CECA ha pedido, con cierta urgencia, que las cajas busquen negocios sustitutorios del hipotecario, donde han concentrado casi el 70% de su balance. ¿Están en zona de riesgo?

R. No creo, pero es cierto que ha acabado el ciclo expansivo de la economía y creo que deben ir a negocios donde tienen poca cuota de mercado, como empresas y consumo. Son negocios de riesgo, pero no demasiado. También pueden entrar en las hipotecas inversas, las rentas vitalicias y los seguros. Hoy el énfasis debe estar en la eficiencia y el control del riesgo más que en la expansión geográfica. Si pisas el acelerador con curvas, te estrellas. No hay graves peligros de contagio de la caída inmobiliaria, pero no se van a repetir los brillantes ejercicios del pasado.

P. ¿Subirá con fuerza la tasa de morosidad?

R. Crecerá porque está en mínimos, pero no llegaremos a ratios del 7% como ocurrió en la década de los ochenta. Aunque alcanzaran al 2% o 3% en mora, que supone cuadriplicar las cuotas actuales, las cajas no se despeinarían porque están muy provisionadas. Aunque repartir una tarta que no crece con la competencia intensa del sector va a ser una experiencia incómoda.

P. ¿Las cajas de las costas corren mayores riesgos inmobiliarios?

R. No creo, pero es cierto que la segunda vivienda, que normalmente está en la playa, es la que primero se deja de pagar.

P. Usted ha pedido más transparencia a las cajas, la apertura de las asambleas, pero con escaso éxito.

R. Creo que somos los únicos que publicamos los préstamos a los partidos políticos... la transparencia beneficia a las cajas.

P. ¿Qué le parece la estrategia de Caja Navarra de decir cuánto gana con cada cliente y que pueda decidir la obra social?

R. Estoy intrigado con esta experiencia única. Es muy audaz y la respuesta de los clientes nos va a enseñar mucho. En cuanto a que la entidad no decida nada de la obra social, es decir, que sólo sea mecenas, tiene un inconveniente serio: la renuncia a la gestión de la obra social. Habitualmente se gestiona el 60% de la obra y ha sido bueno.

P. ¿Cuál es la relación con la patronal bancaria, AEB, desde que está Miguel Martín al frente?

R. Es buena porque compartimos el 80% de las preocupaciones. Seguirá siendo si no hay agresiones frontales como aquella denuncia en Bruselas. No me imagino que aquellas situaciones vuelvan a suceder.

P. ¿Volverían a hacer campañas de publicidad como las que se comparaban con los bancos?

R. Una mayoría de las cajas quiere hacer campañas conjuntas de obra social, pero otras no.