Carod y Puigcercós cierran filas frente a la oposición interna que reclamaba adelantar el congreso de ERC
El cierre de filas de los dos líderes de Esquerra Republicana de Catalunya (ERC), Josep Lluís Carod y Joan Puigcercós, hizo fracasar ayer en el consejo nacional del partido las propuestas de la oposición interna para adelantar al próximo otoño el congreso del partido, con el objetivo de renovar totalmente la dirección y el liderazgo. La votación dejó claro que quienes acusan a Carod y Puigcercós de haberse "entregado" a los socialistas y exigen el retorno al activismo independentista tienen muy poco peso en el consejo nacional de ERC.
La propuesta defendida por Puigcercós para mantener el calendario congresual previsto tuvo 93 votos a favor, 11 en contra y nueve en blanco. Esto significa que el congreso del partido se celebrará en el verano de 2008, después de las elecciones legislativas, en las que ERC intentará romper la tendencia electoral a la baja.
El objetivo de ERC para las elecciones generales, en las que su cabeza de cartel será el hasta ahora portavoz en el Parlamento catalán, Joan Ridao, es mantener su grupo parlamentario en el Congreso y la condición de cuarta fuerza en el conjunto de España alcanzada en las legislativas de 2004. Se trata de una meta muy difícil, porque, en aquel momento, ERC y Carod se habían convertido en blanco privilegiado de los ataques del PP, lo que impulsó extraordinariamente la campaña del líder independentista. Ridao fue designado ayer por el consejo nacional como candidato para las legislativas en una votación casi unánime. Obtuvo 149 votos a favor y 13 en blanco. En su caso es un mérito notable, porque Ridao no está alineado con ninguna de las familias ni corrientes internas de ERC.
El consejo nacional rechazó, por otra parte, un intento de reprobar a Carod protagonizado por uno de los sectores radicales del partido, que le reprocha haber sostenido, la semana pasada, que fue "un error" haber preconizado el no en el referéndum de 2006 sobre el Estatuto de Cataluña.
Carod evitó la reprobación por el sencillo método de no defender su posición ante el consejo nacional, cuya composición está controlada por los seguidores de Puigcercós. Prefirió salirse por la tangente y argumentar que el escaso seguimiento del no en el referéndum del Estatuto exige "una reflexión" por mucho que ERC piense que era la opción correcta frente a un Estatuto "insuficiente".
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