Detenido un belga que tenía congelados los cadáveres de su esposa y su hijastro

Un belga de 42 años fue detenido el miércoles por la policía de Verviers, una localidad a 125 kilómetros al este de Bruselas, después de que se hallaran dos cadáveres, el de su mujer, de 46 años, y el de su hijastro, de 11, en una nevera de su casa. Ambos cuerpos congelados presentaban varias puñaladas. El hallazgo se produjo cuando al finalizar una cena en la casa del detenido, una de las invitadas bajó al sótano para guardar las sobras de comida que ella y varios amigos habían compartido con el presunto asesino. Los cuerpos se hallaban en un congelador.

Christine Wilwerth, de la fiscalía de Verviers, informó de que la policía había acudido a ese domicilio con anterioridad ante reiteradas denuncias por malos tratos. De hecho, el detenido tenía pendiente un juicio en septiembre por lesiones a su esposa. Según Wilwerth, la invitada "se decidió a echar una mano al anfitrión al término de la cena que había brindado a varios amigos. Tras lavar la vajilla, decidió llevar las sobras al sótano, para meterlas en un congelador grande que había visto". Al abrir la nevera, descubrió el cadáver de la esposa.

Según la prensa belga, la mujer esperó a salir de la casa para avisar a la policía. Fue el propio presunto homicida el que indicó a la policía que el cadáver del niño se encontraba bajo el cuerpo de su madre en el congelador. Al parecer, el hombre ha confesado que mató a su esposa durante una discusión, pero no ha explicado por qué mató a su hijastro ni la razón por la que conservó los cadáveres en su casa. Las muertes pudieron haberse producido hace varios meses, pues no se había visto a la mujer y al niño en todo este tiempo.