La cara internacional de la presidenta
Aguirre critica en la FAES la política exterior de Zapatero por tener "rumbo equivocado"
En un auditorio favorable, los cursos de verano en Navacerrada de FAES -la fundación que preside José María Aznar y que diseña el ideario del PP-, Esperanza Aguirre se zafó ayer por unos minutos del cargo de presidenta de la Comunidad de Madrid -según dijo ella misma- para hablar de política exterior. Su conferencia se titulaba Reinventar occidente.
Y en ella dejó dos cosas claras: una es que Aguirre no desperdicia oportunidad de arremeter contra el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero. Ayer le achacó una política internacional con "un rumbo equivocado", que ha sacado a España de la primera fila mundial y ha debilitado al país en los "frentes militar, económico y cultural".
La otra es que la presidenta del PP en Madrid aprovecha bien sus lecturas. A principios del mes pasado, recién superada la resaca de las elecciones, Aguirre se marchó un fin de semana a descansar con la intención de leer el libro Mientras Europa duerme, del periodista estadounidense Bruce Bawer, editado en castellano por la editorial de FAES, Gota a Gota.
En él se abordan los mismos argumentos que ayer Aguirre trató en su conferencia: que Europa arriesga sus valores y principios fundamentales al no actuar frente a la extensión de la yihad islamista en su territorio.
Aguirre defendió esta misma tesis, aunque la ajustó a España y a la política de Zapatero. Se quejó del alejamiento del país respecto de Estados Unidos y de las potencias europeas y del alineamiento con dirigentes americanos como Hugo Chávez, Evo Morales o Rafael Correa y de la tolerancia con Fidel Castro.
También criticó la "debilidad ante Marruecos y, como mínimo, la ambigüedad con países tolerantes con el islamismo". Ahí estaba el quid de la cuestión: según Aguirre, Zapatero cultiva "el relativismo moral" -por ejemplo, con la alianza de civilizaciones-, que pone en el mismo plano, dijo, "nuestra civilización, la de raíces grecolatinas, con otras doctrinas que buscan expresamente la destrucción de principios como la igualdad".
Y alertó de que, una vez derrotado el comunismo, "los amantes del liberalismo" no advirtieron que "el virus del totalitarismo ha mutado en forma de integrismo islámico". Aguirre concluyó que es un problema muy grave la "ambigüedad moral" con la que Zapatero se plantea la política exterior, porque es "un calco" de cómo enfrenta la política nacional.
Aguirre también criticó la "incapacidad [del Gobierno central] para explicar el sentido de la presencia de nuestras tropas fuera de nuestras fronteras, una incapacidad derivada de la incoherencia y oportunismo con el que se ha tomado la decisión de enviarlas".
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