¡Qué listos son estos tíos!
- Claves de la final. Ninguno de los dos equipos, Alinghi y New Zealand, ha cometido errores importantes, sino pocos y pequeños. A diferencia de otras finales, hemos tenido una Copa en la que los dos barcos han estado muy cercanos en prestaciones y tripulaciones. Cuando hubo algún error, el otro se aprovechó. La tripulación ha jugado un papel importante. Es una competición de diseño, pero también de maniobras y de estrategia a bordo. Nuestro barco ha sido probablemente un pelo más rápido, lo que en determinadas circunstancias aumenta las opciones tácticas y propicia el tener la paciencia necesaria para el viento oportuno.
- ¿Por qué ha sido más rápido el Alinghi? Es difícil de saber ya que depende de muchos factores, de las velas, del mástil, del casco, pero también del trabajo a escala real de los barcos y del conocimiento que la tripulación tiene de ellos. Por ejemplo, tener una vela mayor mejor o peor te da esa diferencia y el total es la suma de esas diferencias pequeñas. No es fácil identificar un solo origen. Por eso somos tan obsesivos con cada uno de los detalles. Hemos probado una técnica nueva de construcción de las velas que no hemos llegado a utilizar en regata. Está en fase experimental.
- Evolución y futuro. Más que revolución, ha habido evolución. Mejorar las prestaciones se ha convertido en algo mucho más caro, no en dinero, sino en esfuerzo. De hecho, un barco de la pasada edición habría sufrido mucho en ésta. Dentro de la regla actual no hay mucho margen de evolución, de modo que hay que buscar donde arañar en todas las áreas. Como en fórmula 1, se podrían hacer coches más rápidos, pero es necesario definir unas reglas que protejan la inventiva frente a los recursos económicos disponibles. Al final lo que buscamos es tener los barcos más eficientes en un marco definido para el tipo de regatas de match race, de barco contra barco, donde lo que queremos es que haya proximidad y posibilidades de adelantar. El éxito de esta Copa del América va a reforzar el apoyo de los patrocinadores al evento y a los equipos. Probablemente acabaremos con un grupo de equipos muy competitivo peleándose con uñas y dientes. ¿Con qué reglas vamos a construir los barcos? Hay tres posibilidades: dejar la regla como está, evolucionarla en cierta medida o bien comenzar una clase nueva con más espacio para el diseño. Mi futuro personal probablemente pasa por seguir involucrado en la Copa. Es un reto interesante que permite trabajar con recursos técnicos y humanos a los que otros proyectos no pueden acceder. Si es posible ganarse la vida disfrutando, definitivamente vale la pena.
- Los pequeños detalles. En la anterior edición tuvimos menos tiempo. En ésta hemos profundizado más en utilizar herramientas de simulación informática o en hacer los ensayos más eficientes aumentando la fiabilidad de las conclusiones en cuanto a prestaciones. La clave es no fastidiarla en ningún área y prestar mucha atención a los pequeños detalles. Por ejemplo, salir a hacer pruebas con dos barcos y averiguar en el menor tiempo posible si lo que estás haciendo funciona mejor o peor. Ser capaz de apreciar esa pequeña diferencia en dos días y no en tres semanas es clave y esa capacidad de medir pequeñas diferencias a escala real es uno de los objetivos.
- Estrellas. Ed Baird, nuestro caña, visto como un hándicap por algunos, les ha demostrado que estaban muy equivocados. Su trabajo en la última regata ha sido estupendo. Las maniobras han salido bien. El táctico, el estratega y nuestro navegante, Joan Vila [el único español a bordo en la final], han hecho un gran trabajo. Desde tierra, mirando la regata con más información, viendo dónde se posiciona el barco en el campo de regatas respecto al viento y a los rivales, pensábamos: "Ojalá esperen un poco más porque aquí hay viento a la derecha o ahora hay que virar", y, de repente, ves que esperan o viran, justo lo más indicado. Entonces suspiras y dices: "¡Qué listos son estos tíos!".
- Organización. Fui escéptico respecto a las infraestructuras de la ciudad, porque el tiempo era limitado y mucho el trabajo por hacer, pero ha funcionado bien. El formato ha sido un éxito: los actos van aumentando el interés general dando un cierto retorno a los patrocinadores antes del evento. Al final hemos tenido la Copa más disputada de la historia reciente y Valencia se ha convertido en una ciudad más cómoda para todos los que navegamos. En pocas semanas se decidirá la sede de la siguiente y francamente no me importaría que Valencia repitiera.
Manolo Ruiz de Elvira es diseñador del Alinghi, campeón de la Copa del América
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