Regreso al futuro
POR SI USTED se va de vacaciones y desea estar desconectado, ahí va una crónica del próximo debate sobre el Estado de la Nación, que comienza el martes. Anda, que la gente se quejará de los medios de comunicación, pero les tratamos a ustedes como a reinonas. Venga, la crónica, ¡y a la playa!:
"La campaña electoral ha comenzado. Ese es el resumen de dos días de intenso debate en el Congreso de los Diputados. El Presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, invirtió más de una hora en su discurso inicial, centrado en la política social, con especial énfasis en la Ley de Dependencia y las conquistas en el terreno de los derechos civiles. Se mostró muy firme el Presidente en el anuncio de la lucha contra el terrorismo: 'La democracia se impondrá a la sinrazón', concluyó, entre aplausos de los suyos, y murmullos de reprobación e ironías en la bancada popular". "Bienvenido, bienvenido", coreaban los diputados del PP.
¿Habría o no habría tomate al intervenir Rajoy? Pronto se despejó la duda: tomate. Del gordo. Tomate verde frito
"Triunfalista, completamente alejado de la realidad, incluso cómico", fueron algunos de los calificativos que mereció el discurso de Zapatero a los dirigentes del PP. No faltó quien dijera que el Presidente vive "en el país de las maravillas". Todos los años hay alguien que utiliza esa frase, y éste no iba a ser una excepción. Por cierto: el Presidente fue interrumpido numerosas veces por los aplausos de sus diputados, que por primera vez, parecieron ir concertados al hemiciclo, dispuestos a que la representación les quedara bien. Pocos minutos después de las cuatro de la tarde, subía a la tribuna Rajoy. Se planteaba la duda: ¿veríamos al Rajoy tronante o al Rajoy del talante? O dicho de otro modo. ¿Habría tomate o no habría tomate? Pronto se despejó la duda: tomate. Del gordo. Tomate verde frito. De la educación para la ciudadanía a las compañías eléctricas, España es una calamidad para el líder de la oposición. Durante las siguientes dos horas y media, hubo severo intercambio de golpes. Hubo pateos, gritos, insultos y ovaciones agresivas. Los taquígrafos oyeron cosas no aptas para menores.
Después tomó la palabra el portavoz del grupo de Convergenia i Unió, que comenzó su parlamento con una referencia sarcástica a los diputados que en ese momento abandonaban sus escaños tras el duelo entre Rajoy y Zapatero. El Presidente del Congreso, Manuel Marín, también llamó la atención de sus señorías. "Qué imagen estamos dando", se le oyó murmurar. Hacia las 10 de la noche intervino el portavoz del Partido Nacionalista Vasco, y el tema de la tregua rota por ETA volvió al hemiciclo. Si Mariano Rajoy había exigido al Presidente que no volviera a hablar con ETA nunca jamás de los jamases, el portavoz peneuvista le exigió lo contrario: que se comprometa a no desaprovechar la siguiente oportunidad, en cuanto se presente.
A las 9 de la mañana del miércoles se reanudó la sesión. Pocos diputados en el hemiciclo. Pocas ganas de escuchar. En los pasillos, seguían sus señorías haciendo declaraciones de corte futbolístico: "Ha ganado Zapatero". "Claramente ganó Rajoy". A los pocos días se publicó una encuesta: el 60% de los españoles siguió casi integramente el debate entre Zapatero y Rajoy. El 56% cree que ganó Zapatero. El 34 %, que ganó Rajoy. El resto cree que los dos estuvieron igual de bien o de mal. Hasta aquí la crónica de la política de la semana que viene. Ya puede usted salir corriendo, si no quiere llegar tarde al atasco.
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