"Si no me tiro del camión, me mato"
El conductor de un tráiler con una viga de 80 toneladas se salva al arrojarse del vehículo que se quedó sin frenos en Guadarrama
Ángel Arranz Hernández volvió a nacer ayer. Este camionero de 34 años tuvo una gran intuición y mucha pericia. El tráiler de 12 ejes que conducía desde León cargado con una viga de 80 toneladas perdió los frenos en la bajada de los túneles de Guadarrama, en la AP-6. Cuando el conductor se dio cuenta de la avería, condujo el vehículo fuera de la autopista, hacia la carretera M-600 y se tiró en marcha. El vehículo, sin control, cayó por un terraplén y acabó atravesado sobre la calzada de la M-600. La suerte hizo que en ese momento no pasara ningún coche por allí.
El accidente se produjo sobre las 9.30 a la altura del kilómetro 46 de la AP-6 (término municipal de Guadarrama), en los carriles de entrada a la capital. Este transporte especial se dirigía a la provincia de Guadalajara. Ángel Arranz venía de León con una viga de enormes proporciones. Circulaba al máximo permitido para él, 40 kilómetros por hora, cuando se dio cuenta de que algo iba mal: aunque frenaba, el camión ganaba velocidad. Los frenos no funcionaban y la inercia aceleraba el vehículo, cuyo peso máximo autorizado es de 90.000 kilos.
El conductor intentó frenar. Una, dos, tres veces. Sin resultado. "Tomé la decisión en milésimas de segundo. Había que evitar males mayores, porque, si llego a seguir, podría haber matado a cualquiera", afirmó tras el accidente. El vehículo tiene dos años y medio de antigüedad y había pasado todas las revisiones e inspecciones técnicas, según explicó el padre del camionero, también llamado Ángel Arranz y propietario de la empresa de transportes que lleva su apellido.
El conductor llevó el tráiler hacia la salida de la autopista de peaje que lleva a la M-600 (San Lorenzo de El Escorial-Guadarrama). Para evitar un posible vuelco en la curva que tenía ante los ojos, Arranz mantuvo recto el volante. El camión partió el guardarraíl y cayó por un talud. El conductor se tiró en marcha y rodó por el descampado. Esto le produjo una lesión en un tobillo y magulladuras y rozaduras por todo el cuerpo.
El vehículo avanzó sin control hasta chocar contra la mediana de hormigón de la M-600. Se detuvo finalmente al impactar contra un guardarraíl lateral. La cabina quedó destrozada. Tras ella quedó encajada la viga. "Si no me tiro del camión, me mato seguro", afirmó el chófer.
La suerte hizo que en ese momento no pasara ningún vehículo por ese punto de la M-600. Eso evitó una tragedia. Esta vía suele tener mucho tráfico.
El conductor fue atendido por los facultativos de una UVI móvil del Summa. Le dieron de alta en el lugar. Después, el conductor viajó hasta Alcalá de Henares, para que le reconociera su mutua de trabajo. Los bomberos de Iberpistas (concesionaria de la AP-6) y de la Comunidad de Madrid acudieron de inmediato. Refrescaron las ruedas y los frenos del tráiler para evitar un posible incendio, según un portavoz de Emergencias 112.
Los responsables de Iberpistas y de la Guardia Civil tuvieron graves problemas para levantar la grúa. Primero retiraron todas las medianas de hormigón y desmontar las farolas de la M-600. Después, dos grúas de gran tonelaje comenzaron a levantar y mover la viga hasta colocarla en otro tráiler. Esa operación les llevó toda la tarde. Durante todo ese lapso permaneció cerrada la salida de la autopista hacia la M-600.
Saga de transportistas
Ángel Arranz quiso seguir con la tradición familiar. Su padre, que se llama igual, empezó con el camión a los 14 años hasta que lo dejó a los 65. Eso le ha hecho estar detrás del volante más de tres millones de kilómetros, según recordaba ayer en el lugar del accidente. Ese ejemplo fue el que siguió Ángel, el segundo de sus hijos.
Ángel no quería estudiar, como hizo el resto de sus hermanos, por lo que se metió en el camión. ¿Y qué mejor que la empresa familiar? "Tiene mucha experiencia en los transportes especiales, que es nuestra especialidad", comentó su padre, mientras el herido era atendido en una mutua de trabajo de Alcalá de Henares. "Ha sido un milagro, porque, si no se llega a tirar en marcha, no sé que podría haber ocurrido... Lo ha visto claro. Ha debido de pensar entre el camión y yo, primero soy yo", concluía el padre.
El accidentado tenía ayer su propia hipótesis del siniestro: "Ha podido ser un cable o algo así, lo que ha dejado al camión sin frenos. Pero habrá que verlo más despacio", comentó.
La sede de la empresa, que tiene 20 camiones, se encuentra en la zona de Valdemingómez. Todos los vehículos son nuevos, con menos de tres años de antigüedad.
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