"Tenemos éxito porque somos auténticos, si finges se percibe"

Con hasta medio millón de visitas al día, Slashdot se ha consolidado desde su creación en 1997 como un blog de referencia en temas relacionados con las nuevas tecnologías. La bitácora ha sido imitada en varios países del mundo (la versión española es Barrapunto) y ha sido pionera en utilizar recursos de 2.0 como la moderación de comentarios por los propios usuarios. Rob Malda (1976, Michigan, EE UU) fue el artífice de este monstruo cibernético con apenas 20 años de edad. "Lo creé en las horas en las que tenía que haber estado estudiando la carrera", bromea. En su paso por Bilbao con motivo del encuentro Blogak 2.0, Malda aseguró que sólo se siente pionero cuando le entrevistan los periodistas.

"Me molesta tener que pagar tres veces por la misma melodía para mi iPod, mi ordenador y mi móvil"

Pregunta. ¿Cómo han cambiado la blogosfera desde 1997?

Respuesta. Va más rápido y hacen falta más abogados (risas). Las herramientas cambian, pero los contenidos son los mismos.

P. ¿Cómo ideó recursos de 2.0 tan extendidos hoy, como los comentarios, los tags o el karma?

R. Nunca se me pasó por la cabeza que Slashdot no tuviera un sistema de debate. Si hay un estúpido participando en el blog hay que conseguir librarse de él. Tenía sentido que, si había miles de personas participando en Slashdot, me ayudasen a hacerlo. Desde entonces hemos ido mejorando: por ejemplo, el sistema de discusión es más dinámico que antes.

P. ¿Cómo es que 10 años después Slashdot sigue siendo un número uno?

R. Somos auténticos. Hay muchas páginas web donde se publican temas de tecnología, pero los escriben periodistas a quienes lo que les interesa es cobrar a final de mes. En cambio, a mí me gustan los temas de los que hablo. Cuando finges, la gente lo percibe.

P. Los blogs compiten como fuentes informativas.

R. Es normal. Nadie que obtenga información de una única fuente puede considerarse bien informado. Hay que recurrir a la prensa, las webs, los blogs, y todos los recursos al alcance.

P. ¿Se acabará imponiendo el software libre sobre Explorer?

R. Yo programo en código abierto porque nunca se me ocurrió no hacerlo. En mi carrera de informática aprendí a programar Linux, y desde entonces trabajé así. No tengo una bola de cristal, pero creo que el software libre es muy atractivo. Linux sigue siendo muy complicado, no recomendaría que mi madre lo utilizase, pero Firefox es una alternativa muy sensata. Usar Explorer -con multitud de problemas como los virus- es como sexo sin protección para nuestro ordenador.

P. ¿Qué cree que queda por inventar en la red?

R. Hay demasiada información. Yo no tengo tiempo para encontrar todo eso. Si pudiera pedir tres deseos, uno sería lograr un sistema que recopilase toda la información de Internet, conociese mis gustos y me informase sobre todos los discos, películas y demás novedades de calidad. Soy un yonqui de Internet, y si voy a estar ocho horas buscando información, quiero la mejor.

P. ¿Qué opina de la batalla por los derechos de autor?

R. Hay que hacer un uso justo, pero a la vez quiero poder escuchar los Beatles sin que me interpongan una demanda por ello. Las generaciones siempre se han ido apoyando en las anteriores para crecer, y la batalla por los copyrights dificultará esta premisa en todas las áreas de la cultura. Me molesta tener que pagar todo el rato por lo mismo: si quiero una misma canción en mi iPod, en mi ordenador y como tono en mi móvil, ¿tengo que pagar tres veces? ¿Y si mi iPod se estropea, tendré que volver a pagar? Mi miedo es que por combatir la piratería se dicten leyes que conviertan copiar un filme en un acto criminal.