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Reportaje:

El arte que no tiene precio

Romón y Julián Hernández, juntos de nuevo en 'Música barata para poesía barata'

Bajo la luz exigua de un foco solitario, 30 personas se reúnen en una habitación que ni de lejos alcanza las dimensiones de un minipiso. Por los pasillos y en las estancias contiguas hay muchas más. El poeta, con voz grave, recita solemne. El músico golpea un gong y agita unos palos de bambú. El crujido de las hojas de periódico que cubren el suelo y los flashes y disparos de las cámaras digitales son los únicos sonidos que interfieren en la escena.

Había expectación el pasado sábado en la galería de arte A Carón do Mar de Cangas do Morrazo por conocer el último trabajo conjunto del poeta, actor y presentador Manolo Romón y del músico Julián Hernández. Diez años después de su última colaboración, el CD Bonus track basado en el poemario Nadir (Litonor, 1996) de Romón, ambos acaban de presentar Música barata para poesía barata, que sale a la venta en una edición limitada a 50 ejemplares. Y puede que ya no queden a juzgar por el numeroso público que presenció el unplugged cangués.

El contacto se inició en los tiempos de Rompente, el grupo fundado por Antón Reixa, Alberto Avendaño y el propio Romón y al que otros artistas aportaban piezas musicales, como Julián Hernández, o escénicas, como Antón Patiño o Menchu Lamas. Para envolver los versos de Poesía barata (Deputación de Pontevedra, 2006), Hernández ha compuesto una pieza de 21 minutos y 21 segundos exactos que define como "el comentario abstracto de un teórico lenguaje concreto que, en el caso de Manolo, es más abstracto de lo que parece". Los poemas, desnudos y sin adornos, flotan entre "los sonidos, los silencios y el ruido que llenan la música de Julián", dice Romón, "y aunque el texto es previo, todo forma parte del mismo discurso: menos es más". No es un simple acompañamiento, de cada obra emana un significado propio.

"Llevamos treinta años haciendo este trabajo conjunto, no sé si con avances, pero sí indagando en este lenguaje, el de las encrucijadas que se establecen entre los códigos artísticos". Hernández, que corrobora las palabras de quien en alguna ocasión fue letrista de Siniestro Total, prosigue la reflexión de su colega desvelando la motivación: huir de cierta pretenciosidad que encuentra en la música contemporánea y manifestar que tan abstracto es el texto como concreta puede llegar a ser la música.

Durante un mes, cada noche, a las nueve, sonarán juntos en la galería de Cangas donde se exhiben también los bocetos que el pintor Lito Portela diseñó para la portada del libro. Es la pintura barata que constituye el tercer pilar del proyecto. El cuarto, el diseño de la propia instalación en la galería y de la edición del CD a cargo de Rai Iglesias e Iria Sobrino del estudio Noncommon.vgo.

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