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Gazprom compra a BP uno de los mayores campos de gas de Rusia

El Kremlin amenazó al grupo británico con retirarle la licencia

Pilar Bonet

El gigante estatal del gas ruso, Gazprom, se hizo ayer con el control del campo de Kovykta, en Siberia Oriental, tras comprar la participación de British Petroleum (BP) en aquella explotación, donde está ubicada una de las reservas más importantes de Rusia. Las presiones del Kremlin no dejaron a BP muchas más alternativas que aceptar la operación, cifrada entre 525 y 670 millones de euros.

El acuerdo se enmarca en la política emprendida por el Kremlin para marginar a las compañías extranjeras que lograron posicionarse en el sector de los hidrocarburos gracias a la legislación aprobada antes de la llegada al poder del presidente, Vladímir Putin, en 2000.

El trato, que pone fin a unas largas y tensas negociaciones, prevé que Gazprom se quede con el 62,9% que TNK-BP (una alianza de la firma británica con inversores rusos), tiene en Rusia Petroleum, que es, a su vez, la poseedora de la licencia de Kovykta. TNK-BP venderá también a Gazprom el 50% de la sociedad Gas de Siberia, responsable del desarrollo de una red de gas en la provincia de Irkutk. TNK-BP tendrá derecho a comprar el 25% de Kovykta en el futuro.

BP casi no tenía otra opción que vender su parte en el yacimiento, con unas reservas certificadas de 1,9 billones de metros cúbicos, equivalentes a nueve meses de consumo de gas en el mundo. El consorcio anglo-ruso compró por 300 millones su parte de la licencia a Yukos en 2004.

El Gobierno ruso había amenazado a TNK-BP con anularle la licencia de explotación de Kovykta, si no se ajustaba a las condiciones previstas por el contrato, ahora imposibles de cumplir. La licencia preveía una producción anual de 9.000 millones de metros cúbicos, pero Rusia Petroleum se limitó a abastecer el consumo de la provincia de Irkutsk, ya que ese objetivo de producción lo ligaba a la exportación de gas a China y Corea del Sur. Pero en 2006 se aprobó una nueva legislación que daba a Gazprom el monopolio sobre el sistema de gasoductos destinados a la exportación. Pese a la modificación, las autoridades rusas se negaron a modificar las condiciones de la licencia.

En diciembre pasado, Gazprom se hizo con el control en el proyecto Sajalin II, en el extremo oriental de Rusia, cuyos operadores, Royal Dutch Shell y las japonesas Mistsui y Mitsubishi, se vieron también amenazados con la pérdida de la licencia, en aquel caso por razones ecológicas. Y el viceprimer ministro de Rusia, Serguéi Ivanov, uno de los candidatos a suceder a Putin como presidente, manifestó recientemente que las empresas extranjeras "nunca operarán" campos importantes en el futuro.

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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