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Díaz-Fierros: "El riesgo de incendios aumentará un 40%"

Los científicos alertan del impacto del cambio climático en Galicia

Hayedos desaparecidos, empeoramiento de la calidad del marisco, cinco grados más en verano en el sur de Galicia, un 40% más de riesgo de incendios.Lo que nos gustaría que fuese un argumento de ciencia-ficción no son más que las predicciones de los científicos, que advierten de las consecuencias que sufrirá Galicia a lo largo de este siglo. "El cambio climático es el problema más grave al que nos enfrentamos como civilización", afirma Francisco Díaz-Fierros, catedrático de Edafología de la Universidad de Santiago.

El catedrático Díaz-Fierros da la voz de alarma con conocimiento de causa: lleva 40 años investigando, 25 de ellos dedicados al cambio climático en Galicia. Las transformaciones ya son patentes en los datos registrados en el Observatorio de A Coruña. Las mediciones indican que la temperatura media en la ciudad es un grado superior a la de hace un siglo.

Díaz-Fierros asegura que las predicciones indican que, si nos concentramos en los meses de verano, Galicia se dividirá en dos partes: la mitad norte mantendrá un clima cantábrico con un aumento de dos grados en la temperatura, mientras que en la mitad sur las predicciones apuntan a un incremento de hasta cinco grados.

Vamos hacia inviernos más lluviosos y veranos más secos. La fiabilidad de las predicciones en las precipitaciones son menores que las de la temperatura (un 60% frente a un 95%), aunque todo indica que la lluvia se concentrará más en invierno y se reducirá entre un 20% y un 30% en verano.

Más sequía en los meses más calurosos tendrán como consecuencia un resultado preocupante: el riesgo de los incendios aumentará entre un 30 y un 40%. "Esto es debido a varios factores: el aumento de temperatura, la sequía y el incremento de los vientos extremos", afirma el catedrático. Explica que aunque sólo fuese por los dos primeros agentes ya es más que suficiente para que los índices de riesgo aumenten. "Y es más que suficiente para sentirse alarmado", añade.

Peligro para las granjas

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Animales como los pollos de granja se verán muy afectados. De hecho, señala Díaz-Fierros, "aquí en la zona norte sí podrán sobrevivir; en el resto de España no, por el exceso de calor". Aumentará también la temperatura del mar, lo que previsiblemente reducirá la fertilidad de las rías. El marisco podría tener problemas, ya que la acidificación del mar influirá en la calcificación de las conchas, afectando a su supervivencia.

El medio en el que viven sufrirá también las consecuencias. En Vigo y A Coruña se está midiendo el nivel del mar que en las próximas décadas podría subir entre 30 y 40 centímetros en las costas gallegas.

Los sectores más afectados serán las marismas, es decir, la zona del fondo de ría, "ya que son zonas muy llanas y, por lo tanto, el mar puede penetrar bastantes decenas o incluso centenares de metros", señala. Se producirá también un retroceso en las playas, aunque, dependiendo de su pendiente, se verán más afectadas o menos. En Galicia no se notará mucho, porque "las costas aquí en general son bastante altas".

Las especies de tipo más europeo desaparecerán, como los focos de hayas de Galicia. A cambio, el edafólogo señala que habrá un avance de las especies más adaptadas a las condiciones mediterráneas. Es decir, habrá una expansión del olivo, "que ahora sólo encontramos en una pequeña zona de Ourense", por lo que hay aspectos que, dentro de lo negativo, resultarán favorables. Por ejemplo, se podrán producir más cereales porque aguantan mejor la sequía. "En general, el aumento de temperaturas aumentará el rendimiento de los cultivos", explica Díaz-Fierros.

Otro efecto deseable del cambio climático será la expansión de los viñedos en la tierra gallega. Su área de viabilidad se ampliará claramente e "incluso en el cantábrico es posible que pueda cultivarse vino", asegura. Las zonas que en la actualidad son vinícolas y se centran en el blanco, podrán aceptar variedades de otras calidades, como el Merlot o el Sauvignon. Un estudio aún en curso empieza a vislumbrar que aumentará la cantidad y la calidad de cepas en zonas como la Ribeira Sacra.

Se tratará por tanto de una adaptación de las especies a la nueva situación ambiental alterada por la mano del hombre, que interrumpirá la marcha natural del clima. Porque la verdad es que, aunque dejásemos radicalmente de emitir dióxido de carbono, el efecto de inercia garantiza el calentamiento por unas cuantas décadas.

"Hay muchas cosas que son irreversibles", señala Díaz-Fierros, aunque este fenómeno, "si lo vamos a parar en uno o dos grados más o vamos a llegar hasta cinco grados de subida, sólo depende de nosotros". En Galicia, por ahora, no parece que vayamos por buen camino. Creamos un exceso de emisiones con respecto a lo que le correspondería a la comunidad en función de su PIB, "precisamente por las centrales térmicas, aunque la cabaña ganadera emite metano, un gas con efecto invernadero que tampoco podemos olvidar", explica el experto.

Llevamos muchos años sin querer ver los peligros que amenazan los ecosistemas. El Premio Nobel de Química August Arrhenius (1859-1927) fue el primero en advertir, ya en 1886, de que el aumento de emisiones de dióxido de carbono conllevaría un aumento de la temperatura. "A veces los escépticos lo son por ingenuos y otros por sospechosos, en el sentido de que tratan de confundir".

"La contribución más importante de la ciencia es poner el problema delante de la sociedad", explica Díaz-Fierros, porque "supone un cambio de mentalidad y entre todos tenemos que tomar medidas".

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