"No se nos puede reprochar falta de actitud", dice Lotina

Miguel Ángel Lotina había soñado con el milagro. El técnico de la Real había soñado con la carambola que al final no se produjo. No pudo ser. Por ello, nada más escuchar el pitido que ponía punto y final a la temporad, y a una parte de la historia de la Real Sociedad -los últimos 40 años en Primera-, saltó raudo a animar a sus jugadores, tendidos sobre el césped desolados.

Las lágrimas llegaron a los vestuarios de la Real. Hasta algunos empleados del conjunto donostiarra, de los que llevan "muchos años trabajando en el club", no pudieron reprimirlas. El entrenador, que también acusó el estrés de un partido con semejante carga emocional, salió en defensa de los suyos: "Se nos pueden reprochar algunas cosas, quizá muchas, pero no falta de actitud, perseverancia o trabajo en el día a día". "Hay que empezar a trabajar ya mismo, con o sin Lotina", afirmó. Su futuro se tratará en una reunión con el Consejo de Administración esta semana. "Quiero escuchar a los directivos para ver lo que hago", afirmó. El técnico lamentó el penalti fallado la jornada pasada por Savio y los dos goles encajados ayer en propia puerta. "Es el sino de esta temporada", explicó.

"Lo hemos dado todo. Hemos intentado hacer todo lo posible, pero al final no ha salido. Los de ahora son momentos difíciles, estamos muy cabizbajos, pero hay que darle la vuelta a esto", afirmó el portero de la Real, Riesgo. "Todos teníamos la esperanza de que hoy nos podíamos salvar y no ha podido ser. Debemos reflexionar", añadió.

"Ha sido un año muy duro. Hay que subir cuanto antes porque San Sebastián es una ciudad de Primera. El apoyo de la afición ha sido enorme. Esperamos devolvérselo el año que viene", añadió Gerardo. "Esperemos que sólo sea un año", comentó Diego Rivas. "En el vestuario nadie habla, hay cabezas bajas, es muy duro", dijo Rivas.

La jornada fue igualmente triste para la presidenta María de la Peña, que sustituyó hace unas semanas a Miguel Fuentes, que presentó la dimisión "por motivos personales". "Me siento como cualquier aficionado, rota por dentro, pero sólo me voy a permitir unas horas de dolor; mañana [por hoy] hay que trabajar para que este proyecto siga adelante y ayudar a que toda la Real se levante conmigo y sigamos todos trabajando", explicó la presidenta. "Sentimos la tristeza y el dolor de toda la afición guipuzcoana, donostiarra y de la Real. Estamos con ellos y les mandamos un mensaje de esperanza. Suenan a palabras falsas, pero no lo son. Han sabido estar hasta el último momento con nosotros. Lo he pasado muy mal, pero hay que controlarse", añadió.