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Reportaje:

Todos los caminos llevan a Bolsa

Los pequeños inversores disponen cada vez de más alternativas a la compraventa tradicional

Comprar y vender acciones. Una posibilidad de invertir en Bolsa que, pese a que sigue siendo la más utilizada, ha dejado de tener la exclusividad. Hace tiempo que en el mercado aparecieron los futuros y opciones sobre acciones, los warrants... Ahora ha llegado el turno de los nuevos productos de inversión y las nuevas fórmulas de selección de valores, como los contratos por diferencias, los turbos, los certificados, la inversión en pares... Todos ellos dirigidos a los inversores minoristas, pero no aptos para inversores conservadores. El riesgo es una característica inherente a ellos.

Los 'turbos' son 'warrants' con los que los inversores se posicionan al alza o a la baja respecto al Ibex 35
En los contratos por diferencias se juega con la diferencia entre el precio de compra y el precio de venta de las acciones

En los contratos por diferencias (CFD) -producto financiero que ha llegado al mercado bursátil español de la mano de Interdin Bolsa-, dos partes (inversor y Caixa Penedès) no compran ni venden directamente cualquiera de las 50 acciones disponibles, sino que únicamente juegan con la diferencia entre su precio de compra y su precio de venta. De hecho, cada día, al cierre de la sesión, se liquidan las posiciones: se le abonan al inversor sus beneficios o se le cargan en su cuenta sus pérdidas.

Al operar con CFD, no es necesario desembolsar el valor íntegro de las acciones que se están comprando o vendiendo, sino únicamente el importe exigido como garantía. Son productos, por tanto, apalancados. Para las acciones del Ibex 35, las garantías necesarias al final de la sesión son del 10% del valor de mercado de la posición abierta. Hasta 30 minutos antes del cierre de la sesión, éstas son del 4% sobre el valor de la posición.

Los CFD son, además, productos con la misma liquidez que las acciones, puesto que las operaciones de compraventa se realizan sobre las horquillas de precios de contado; permiten posiciones a la baja y no tienen vencimientos (no es necesaria su renovación para mantener posiciones). El coste de operar con estos productos es similar al de operar en Bolsa. Interdin gira un corretaje del uno por mil sobre el nominal para la Bolsa española, a lo que hay que sumar una comisión de contratación equivalente al canon de Bolsa. Además, si el particular se queda con una posición comprada al cierre de la sesión, deberá pagar un coste de financiación de Euríbor más 1,75 puntos sobre su valor total (si la posición es vendedora, se remunera al inversor minoritario con un interés del Euríbor menos 1,75 puntos).

Alto riesgo

A la hora de utilizar este producto no hay que olvidar que, al permitir inversiones mayores por la vía del apalancamiento, tanto las ganancias como las pérdidas se multiplican; en concreto, hasta por diez, al ser la garantía habitual del 10% (ver ejemplo). Por tanto, sólo es apto para inversores que tengan un profundo conocimiento del funcionamiento de los mercados y de los riesgos que conlleva esta operativa. Respecto a estos productos es igualmente conveniente saber que si hay un reparto de dividendo, éste se le entrega en efectivo al inversor en el momento del pago. Si hay una emisión de derechos, igualmente se le pagará en efectivo el valor teórico del derecho. Si la posición abierta es de venta, la liquidación será la opuesta: habrá que abonar estas cantidades.

Los turbos son opciones sencillas o warrants. Con ellos, los inversores se posicionan al alza (a través de Turbo Call) o a la baja (Turbo Put) respecto al Ibex 35 (en la actualidad, BNP comercializa un total de 27 turbos con distintos niveles, precios y barreras). Un Turbo Call se revalorizará, y en mayor proporción de lo que lo haga el índice, cuando el Ibex 35 suba, mientras que el Turbo Put se revalorizará cuando el Ibex 35 baje. Operar con turbos es menos costoso que hacerlo al contado y, por tanto, al desembolsar menos para invertir en lo mismo, un Turbo Call amplificará los movimientos que experimente el Ibex 35, es decir, variará porcentualmente más al alza cuando el índice suba rentabilizando más cada euro invertido.

La mayor particularidad de los turbos (respecto a las opciones o los warrants) radica en su barrera. Para poder batir las rentabilidades del Ibex 35, la única condición es que, durante la vida del turbo, el índice no toque un nivel (barrera) determinado al inicio, dado que en dicho caso, el turbo desaparecería y su tenedor perdería lo pagado por él. De ahí que se trate de un producto de riesgo. Un Turbo Call (instrumento alcista) desaparecerá en el momento en el cual el valor del índice sea igual o inferior a la barrera, mientras que un Turbo Put (instrumento bajista) dejará de existir anticipadamente en el momento en el cual este indicador sea igual o superior a la barrera. El riesgo que asume el inversor con su posición será mayor cuanto más se acerque la cotización del Ibex 35 a la barrera de su turbo.

Al ser instrumentos cotizados en Bolsa, los turbos pueden negociarse con liquidez, de igual forma que se negocia una acción con los intermediarios habituales. Desde el punto de vista fiscal es importante señalar que la inversión en turbos, tras su venta en el mercado secundario, no está sujeta a retención y se calcula como la diferencia entre el precio de venta y el de compra que tributará como incremento o disminución de patrimonio. Si se amortiza un turbo a vencimiento, tampoco habrá retención y el incremento patrimonial por el que se tributará se calculará como la diferencia entre el importe de liquidación en efectivo y el precio de adquisición.

Cesta de acciones

Los certificados son valores que cotizan en Bolsa y que replican un índice, una cesta de acciones o un sector. Ofrecen la posibilidad de utilizar estrategias de inversión que permiten limitar las pérdidas y multiplicar ganancias con la ventaja de poder vender en cualquier momento. Algunos incluso tienen el capital garantizado.

En la actualidad hay ocho certificados de Deutsche Bank cotizando en Bolsa. Uno de los próximos lanzamientos es el Twin Win con Capital Garantizado, un certificado a tres años que asegura el 100% del capital a vencimiento (siempre que se adquiera durante el periodo de suscripción que finaliza el 23 de julio) y que invierte en el Dow Jones Eurostoxx 50, en el S&P 500 y en el Nikkei 225.

El inversor se beneficia del 125% de la revalorización media mensual de la cesta formada por estos tres índices si a vencimiento la cesta es positiva con respecto a su nivel inicial. En caso de que la cesta acabe por debajo de su nivel inicial, la ganancia se obtendrá mediante una participación en la caída del 40% de la media mensual. El Twin Win con Capital Garantizado tendrá liquidez diaria porque cotizará en la Bolsa de Madrid y la inversión mínima es de 100 euros.

Invertir en pares

No se trata de un nuevo producto financiero, sino de una forma de inversión a disposición de los particulares gratuitamente a través de MEFF. Consiste en seleccionar un par: por ejemplo, dos acciones de las que se espera que una de ellas se comporte mejor que la segunda, es decir, gane más o pierda menos. Esta operativa no se circunscribe exclusivamente a las acciones: de hecho, para llevarla a cabo se puede usar indistintamente la compraventa de títulos al contado y/o la compraventa de futuros sobre índice o acciones.

Al operar con pares, el análisis no se centra en la evolución de cada uno de los activos seleccionados por separado, sino en la relación, en forma de cociente, que hay entre los dos activos. Cuando los datos de los que se dispone (aquí entra en juego la herramienta de MEFF) llevan a pensar que la relación (el cociente entre la cotización de una y otra acción) va a subir, se deberá comprar el par, es decir, adquirir el primer activo y vender el segundo. Siempre por el mismo importe. Si tras el análisis se pensase que el cociente entre ambos títulos va a bajar, lo que se deberá hacer es vender el par: enajenar el primero de ellos y comprar el segundo. Siempre también por el mismo importe. Si se acierta en las estimaciones iniciales, el resultado es que, aunque las plusvalías que se obtengan serán menores que si se hubiera apostado con tino por un valor en concreto, se ganará dinero y el riesgo asumido será significativamente menor.

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