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La moto de cuatro ruedas en la que murieron dos jóvenes fue comprada el mismo día

Una de las víctimas, John Fernández, de 18 años, iba sin casco, según las investigaciones

F. Javier Barroso

El estreno de la moto de cuatro ruedas tuvo un trágico final. Daniel Monasterio Módenes y John Hernández Martín, ambos de 18 años, los dos amigos que murieron la noche del miércoles en San Sebastián de los Reyes, estaban probando el vehículo. Se lo habían entregado a Monasterio esa misma mañana, por lo que decidió salir con sus amigos a dar una vuelta. Algunos testigos afirmaron a la Policía Local que los chavales no paraban de hacer caballitos y eses por medio de la calle, mientras corrían a gran velocidad para saltar en los resaltes de la calzada.

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El accidente ocurrió a las 22.40 del miércoles frente al número 26 de la avenida de Tenerife, en San Sebastián de los Reyes. Las primeras investigaciones de la policía apuntan a que conducía Daniel Monasterio, y que detrás iba de paquete John Hernández. En un determinado momento, el vehículo (una Honda TRX de 450 centímetros cúbicos) golpeó con el bordillo de la mediana, lo que hizo que el conductor perdiera el control. Los dos ocupantes del vehículo salieron despedidos.

El copiloto, John, cae, la moto le pasa por encima y le arrastra hasta una farola. El golpe contra ella le rompe la tráquea y le provoca la muerte en el acto, según la Policía Local que cree que no llevaba puesto el casco.

Junto a él, quedó tendido en el suelo, inconsciente, Daniel Monasterio. Cuando llegaron los facultativos de una UVI móvil del Summa, el herido se encontraba inconsciente y muy inestable. Intentaron reanimarle para trasladarle al hospital Clínico, en la capital, pero todos los intentos fueron inútiles. Entró en parada cardiorrespiratoria y murió en la ambulancia cuando iba de camino al centro hospitalario, según un portavoz de Emergencias 112.

Vehículo de moda

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Algunos testigos relataron a los policías municipales que, antes de que la moto de cuatro ruedas accidentada se saliera de la vía, habían pasado otros vehículos similares que también iban a gran velocidad. "Este tipo de vehículos está cada vez más de moda en la localidad. La avenida de Tenerife [donde se produjeron los hechos] es un lugar muy propicio para utilizar este tipo de vehículos porque el campo queda muy cerca", explicó a Europa Press el concejal de Seguridad Ciudadana, Ángel Mateos.

La Policía Local investigaba ayer las características técnicas de la Honda TRX 450 y si éstas le permitían circular por una vía pública o sólo podía transitar por zonas rurales. Ésta tiene cinco velocidades, un cilindro de cuatro tiempos, tracción trasera y un peso de unos 160 kilos.

Las familias de ambos jóvenes se encuentran destrozadas. Acudieron a primera hora de ayer al Instituto Anatómico Forense, en la Ciudad Universitaria, para hacerse cargo de los cadáveres. Ambas decidieron que las salas donde serían velados los cadáveres, en el tanatorio de La Paz, muy cerca de Tres Cantos, estén juntos. Daniel y John eran amigos desde hacía muchos años. Se habían conocido en el centro de Alcobendas, donde residían los dos.

Muchos de los familiares y allegados de los chavales que habían acudido hasta el Anatómico Forense no se creían la noticia.

Daniel Monasterio, como su amigo, vivía en el centro de Alcobendas. Era el pequeño de dos hermanos. La mañana del miércoles, el día del accidente, estuvo arreglando su ciclomotor justo delante de su casa, según recordaba una vecina. Por la tarde, se fue con su nueva moto de cuatro ruedas a probarla con los amigos. Trabajaba como empleado en una tienda de artículos de golf en el paseo de la Castellana. Hace poco más de un año, murió su padre en Francia, que era camionero. "Era una persona muy buena y muy cariñoso, que lo daba todo por los demás", afirmó su hermana Irene. Daniel tenía novia desde hacía tiempo.

John Hernández era el mediano de tres hermanos. Trabajaba como pintor de vallas y rejas en una empresa del polígono industrial de Alcobendas. Su gran pasión eran las motos y los coches, según recordaron sus familiares a la puerta de su casa, muy cerca del Ayuntamiento y los juzgados. "Era un solete. Como ese crío no habrá otro. Muy reservado, cariñosísimo y muy dulce. Jamás rechistaba ni levantaba la voz por ningún problema", recordaba ayer un allegado.

Los familiares recordaron que el miércoles estaba en casa, cuando le llamaron por teléfono sus amigos para salir a dar una vuelta. Se marchó y a los pocos minutos regresó porque se había olvidado el casco en casa. "Nos avisó la policía de lo que había pasado sobre las doce y cuarto. Desde entonces, no nos han explicado lo que ha pasado", añadía otro familiar. Salía con una chica desde hacía 20 meses.

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Sobre la firma

F. Javier Barroso
Es redactor de la sección de Madrid de EL PAÍS, a la que llegó en 1994. También ha colaborado en la SER y en Onda Madrid. Ha sido tertuliano en TVE, Telemadrid y Cuatro, entre otros medios. Licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid, está especializado en Sucesos y Tribunales. Además, es abogado y criminólogo.

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