"Disiento del BNG, pero no tengo mala relación con su candidato"

Contra todo pronóstico, el alcalde socialista de Lugo y político más valorado de Galicia, Xosé Clemente López Orozco, perdió la mayoría absoluta y se quedó con 12 de los 13 concejales que tenía. Admite que estuvo a punto de dimitir por la actuación de la Dirección Xeral de Patrimonio contra la ubicación del auditorio. Ahora está dispuesto a gobernar con pacto o en minoría y está convencido de que su peor enemigo electoral fue la confianza que se instaló entre la ciudadanía y que se tradujo en una desmovilización hacia las urnas.

Pregunta. ¿Esperaba este resultado?

Respuesta. Sinceramente no. Estaba convencido de que no sería con el exceso que daban las encuestas, pero pienso que se hizo un trabajo para que los lucenses revalidaran esa mayoría. Aun así, el resultado es espléndido y lo acepto democráticamente, porque en una democracia el pueblo jamás se equivoca.

"Sinceramente, no me esperaba este resultado pero, aun así, es espléndido. Lo acepto porque en una democracia el pueblo jamás se equivoca"

"Tras el informe de Cultura sobre el auditorio me planteé dimitir, pero mis compañeros se dieron cuenta de que ése no era el camino y continué"

P. ¿Las encuestas llevaron al partido a la relajación?

R. Dentro del partido no, porque yo fui el encargado de animar a mis compañeros. En estas elecciones tenía dos rivales políticos y un enemigo, la confianza. Era algo que lo notaba entre la gente de la calle cuando me decía que estaba todo hecho.

P. ¿Preferiría gobernar en minoría teniendo en cuenta lo dura que fue la campaña del BNG?

R. No. Yo lo que quiero es un gobierno estable, que se entienda bien y que esté dispuesto a resolver los problemas de la ciudad. Para eso lo que hay que hacer es mirar los programas de los dos partidos y en lo que coincidan llevarlo adelante y en las diferencias llegar a acuerdos. Estoy abierto a ello sin olvidar al PP, que tiene nueve concejales que representan a muchos ciudadanos. Sería bueno que para muchas cosas pudiésemos contar con el apoyo del PP. No me importa un gobierno de coalición o buscar apoyos puntuales.

P. ¿Cuándo le gustaría tener ultimado el posible pacto?

R. Lo más pronto posible. Y si no puede ser, tenemos ejemplos de gobiernos en minoría como Santiago, que lo hizo durante año y medio, o Vigo, que lo hizo hasta el final. Doce concejales dan para mucho.

P. ¿Había mejores condiciones personales para pactar en 1999?

R. No. Hay que saber diferenciar lo personal de lo político. En lo político había diferencias por aquel entonces y las hay ahora, pero lo personal nunca puede afectar a la política. Disiento en muchísimas cosas del BNG, pero no por eso tengo una mala relación con su candidato. La diferencia es que en 1999 estábamos siete a seis en la relación de concejales; ahora la diferencia es mayor y eso hay que tenerlo en cuenta en los posibles pactos.

P. ¿Cree que con el Bloque dentro del gobierno local mejoraría la relación con las consellerías nacionalistas?

R. Espero que no. Si así fuera diría muy poco de los responsables de las consellerías del BNG. Quiero entender que no existe un castigo, porque sería para Lugo y eso resultaría muy grave.

P. Los reparos de Cultura a la ubicación del auditorio cuando se iban a adjudicar las obras le molestaron especialmente.

R. Desde luego. Que un proyecto pase tres veces por el Consello de la Xunta y que en el último momento aparezca un informe, da para pensar.

P. Fue un momento amargo.

R. Muy amargo.

P. ¿Planteó su dimisión?

R. En algún momento, sí. Me lo planteé porque antes está Lugo que ninguna otra cosa. Luego los compañeros se dieron cuenta de que quizá ése no era el camino y continué. Pero de verdad, Lugo siempre antes que mi persona.

P. Ahora parece convencido de continuar.

R. Evidentemente. No se puede olvidar que soy el primer candidato a alcalde de Lugo al que los ciudadanos otorgan su confianza durante tres mandatos consecutivos. No hay nada más bonito que que me dejen seguir, aunque con más limitaciones.

P. Parece que será más fácil la relación con la Diputación.

R. Es un aspecto muy importante. Confío mucho en la política que se pueda generar desde la Diputación. Es el momento de trabajar por la provincia en su conjunto.

P. Horas después de las elecciones el BNG presentó una iniciativa para desbloquear el PGOM. ¿Qué le pareció?

R. Inadecuada y fuera de lugar. Da la impresión de que todavía no se han dado cuenta de que las elecciones ya pasaron. Esto hay que hacerlo cuando el gobierno esté constituido.

P. ¿Buscará el consenso?

R. Siempre, antes y ahora, hablé de la necesidad de conseguir un PGOM con el máximo nivel de consenso. Sería muy bueno y entiendo que será posible.

P. Volviendo a los pactos. La sensación es que las relaciones con el cabeza de lista del BNG están muy deterioradas.

R. No hay problema ninguno. Ideológicamente estamos en las antípodas. Yo no soy nacionalista pero, a nivel personal, ningún problema. Supongo que cuando me llamó mentiroso lo hacía en clave política y no personal, porque, sinceramente, yo no soy un mentiroso.

P. Sostiene que en política nadie tiene la verdad absoluta y que es necesario compartir y pactar.

R. Es necesario saber pactar. Cada vez es más difícil tener mayorías absolutas, los electores apuestan por esa alternativa. A la gente le gustan los pactos.

P. ¿Quién llevó peor la noche electoral: el alcalde o la familia?

R. Todos la llevamos perfectamente. De verdad que el resultado es muy bueno. Puedo garantizar que cuando me fui a la cama dormí perfectamente.

P. ¿Se lo cree cuando dice que los resultados fueron buenos?

R. Por supuesto. Son muy positivos para el partido. Es la candidatura del PSdeG que obtuvo un mayor porcentaje de votos.