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Reportaje:

Carod pone orden en Relaciones Exteriores

El consejero de la Vicepresidencia releva a la cúpula del área de política exterior por su falta de cohesión

Sólo un diplomático de carrera trabaja en el Palau de la Generalitat. Se trata de Albert Moreno, asesor especial de Presidencia en materia internacional. El Departamento de la Vicepresidencia, encargado de articular la nueva política exterior que brinda el Estatuto, no dispone de ninguno. Hasta esta semana, Albert Royo, un militante de Esquerra Republicana sin experiencia diplomática, ejercía de secretario de Relaciones Exteriores de la Generalitat. El vicepresidente, el republicano Josep Lluís Carod Rovira, le destituyó el martes sin contemplaciones por sus profundas y ostensibles discrepancias con la directora general, Maria do Carmo Marques-Pinto, que también fue relevada. La impericia de Royo y el empeño de Marques-Pinto de no reconocerle su superioridad jerárquica desembocaron en una lucha encarnizada, cuyos ecos llegaron hasta el Ministerio de Asuntos Exteriores y a las instituciones europeas.

Los esfuerzos de Carod Rovira para sentar las bases de una auténtica política exterior catalana se han visto truncados a los seis meses de acceder al cargo. El consejero republicano confió la secretaría de Relaciones Exteriores a Albert Royo. De 29 años, Royo está especializado en cooperación al desarrollo y en la pasada legislatura ocupó la secretaría general en el Departamento de Gobernación. Quienes le conocieron en Vicepresidencia le definen como voluntarioso, aplicado, pero incapaz de organizar un equipo cohesionado y que funcione. "Parecía más pendiente de aplicar la política exterior de Esquerra Republicana que la de un Gobierno de coalición" señala un ya ex colaborador suyo. Y la política internacional de ERC se caracteriza, comenta un alto funcionario de la Generalitat en Bruselas, "por ir por el mundo como si fueras un Estado cuando eres una comunidad autónoma". De ahí decisiones un tanto discutibles como abrir embajadas en Buenos Aires, Nueva York, Berlín, Pekín y México. "¿Pero qué vamos a hacer allí, cuando no tenemos ni delegación en Marruecos?" se pregunta la misma fuente.

Marques-Pinto cuestionaba parte de este despliegue exterior. Esta mujer, de nacionalidad portuguesa, tiene un amplio currículo profesional y es amiga personal de Carod Rovira. Con una dilatada experiencia en la Unión Europea, en el Departamento de la Vicepresidencia se le reconocía su "profesionalidad", su capacidad de gestión -"se notaba que procedía de la empresa privada", comenta una persona cercana- aunque matiza que quizá tenía una visión de la diplomacia "demasiado economicista", extremo que ella niega.

La incompatibilidad de caracteres entre ambos acabó por perjudicar la actividad del departamento. Mientras algunos señalan que Marques-Pinto cuestionaba la autoridad de sus más inmediatos jefes -"no se reunía con Royo ni con el secretario general, Rafael Niubó", señalan-, ésta precisa que se limitaba a cumplir el decreto de estructuración del departamento. Y éste indica que una de sus funciones era "impulsar y coordinar las relaciones del Gobierno de las Generalitat con los gobiernos e instituciones internacionales". "Eso hice", abunda. Pero el decreto también reza que "debe dar apoyo a la persona titular de la Secretaría", es decir, a Albert Royo.

"Una vez", explica un alto cargo en Presidencia, "me llamó él por la mañana con unas instrucciones. Por la tarde lo hizo ella con unas directrices opuestas. Aquello era insoportable, causaba vergüenza ajena".

Más allá de problemas personales, desde el Gobierno se lamentan las consecuencias que para la imagen exterior de Cataluña pueden tener estas disfunciones y el hecho de carecer de una estructura estable político-administrativa en un asunto tan delicado como las relaciones exteriores. "Cataluña sólo podrá ir por el mundo reivindicando su prestigio. Y el prestigio se gana a través de los años. Jordi Pujol carecía de política exterior, pero tenía una excelente agenda presidencial. Ahora, de momento, no tenemos agenda presidencial y el prestigio está un poco dañado", concluye el mismo alto funcionario.

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