El Joventut despierta a tiempo de la pesadilla

Algunos equipos se distinguen por su aspereza, por su carácter indomable y por su capacidad para rehacerse una y otra vez cada vez que se les da la extremaunción. Son rivales incómodos. Los hay a montones, en todos los deportes. Pero si uno es particularmente huesudo y desquiciante, es el Gran Canaria. No da la sensación de tener gran cosa, para codearse entre los mejores se entiende. Pívots no muy altos pero aguerridos; aleros poco efectistas pero constantes y trabajadores; bases, en fin, como sus compañeros, sin mucho cartel pero capaces de juntarse en torno a una idea y llevarla hasta las últimas consecuencias. Sólo así se entiende que hayan logrado llevar hasta las últimas consecuencias su duelo ante un rival que reúne mucho más arsenal, talento y posibilidades.

Hasta el último cuarto del quinto y último partido tuvo que sufrir el DKV Joventut para desembarazarse del equipo canario. Las rachas de Rudy, los estupendos triples de Bennett y Marcelinho Huertas, la defensa de Ricky y Laviña, la intimidación de Archibald y Betts... De todo tuvo que tirar el DKV Joventut para acabar abriendo una brecha que le permitiera respirar y certificar su pase a las semifinales. En ellas se las verá con el Real Madrid. Dos graves inconvenientes debe afrontar la Penya: apenas gozará de descanso puesto que el primer partido se disputará mañana en Madrid y no sabrá si podrá recuperar a una de sus piezas importantes, Gaines, cuya lesión ya le impidió enfrentarse al Gran Canaria.