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Elecciones 27M

El PP absorbe 125.000 votos de UV, los nuevos votantes y el 'efecto Torrent'

Miquel Alberola

El PP ha incrementado su poder electoral autonómico en 125.589 votos ante los 1.146.780 que logró en 2003, lo que representa el 53,3% de los sufragios y una distancia respecto al PSPV de 438.632 papeletas. Las cuatro torres que conforman su fortaleza (los antiguos votos de la derecha y los liberales, unidos a los regionalistas y las incorporaciones del censo entre 1993 y 2003) han resistido el embate, y dos de ellas, además, le han suministrado el incremento que le ha permitido arrasar en las urnas con la aplicación de la Ley D'Hont. A ello, ha contribuido el fracaso del Compromís, que ha perdido 74.254 de los votos que en 2003 obtuvieron EU y Bloc por separado. El trabajo de campo apunta a que parte de los militantes de ambas formaciones han votado la coalición en las municipales, aunque no en las autonómicas. En las primeras, la formación tiene tres puntos más que en las segundas, lo que equivale a unos 75.000 votos. Asimismo, ha sido determinante la incapacidad del PSPV para movilizar su voto potencial y la abstención y fuga de parte de los sufragios socialistas (40.551).

En cifras redondas, la primera torre, que se levanta sobre el armazón de la antigua Alianza Popular, ha mantenido intactos los 475.000 votos de su techo electoral, mientras que la segunda, que reúne los 225.000 votos de los liberales del antiguo CDS, UCD y PDP, no ha sufrido ninguna erosión derivada del choque orgánico entre Francisco Camps y Eduardo Zaplana, cuyos seguidores han terminado apostando por la opción pragmática de ayudar a mantener al partido en el poder y esperar tiempos mejores.

El PP, además, ha absorbido los 50.000 sufragios que ha perdido Unión Valenciana ante el efecto del voto útil, que se añaden a la tercera torre, la del voto regionalista, cuya influencia llegaba a 200.000 electores. Pero la aportación más importante se ha producido en la cuarta de las torres, cuyo potencial estaba establecido en 250.000 votos procedentes de los incrementos del censo de 1993 a 2003 y del desencanto socialista producido por el efecto que el PP acuñó como "paro, despilfarro y corrupción".

Esta torre ha ganado otros 75.000 votos, provenientes del nuevo votante, entre 18 y 22 años, además del efecto Torrent, que ha vaciado el caladero socialista en los municipios que formaron el cinturón rojo, como el propio Torrent, Paterna, Burjassot, y en otras poblaciones como Sagunto, así como en barrios periféricos de Valencia. Un fenómeno que los especialistas vinculan a un posible cambio estructural en el pensamiento electoral similar al que sufrió hace años el partido comunista francés en los barrios periféricos y las ciudades dormitorio ante la inseguridad, y del que se benefició la extrema derecha.

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Sobre la firma

Miquel Alberola
Forma parte de la redacción de EL PAÍS desde 1995, en la que, entre otros cometidos, ha sido corresponsal en el Congreso de los Diputados, el Senado y la Casa del Rey en los años de congestión institucional y moción de censura. Fue delegado del periódico en la Comunidad Valenciana y, antes, subdirector del semanario El Temps.

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