El río Zadorra
"Resulta un trabajo espectacular y repleto de belleza natural". La frase se escuchaba al salir de la sala de la Fundación Caja Vital. Se refería a la exposición de 27 fotografías de gran formato realizadas por los fotógrafos Quintas de Vitoria y diseñada por Fernando Martínez de Viñaspres sobre el río Zadorra en su recorrido por el territorio alavés.
Después de oír tal elogio, de manera sencilla aunque repleto de solemnidad, sólo queda bajar las escaleras de la galería y degustar la exhibición de imágenes. De entrada, antes de empezar a ver se oye un relajante murmullo de agua. El sonido acompaña durante todo el recorrido con la intención de hacer más reales los paisajes, la fauna o la flora de sitios que son punto de ocio y encuentro para numerosos paseantes. Las primeras imágenes conforman una instalación que se visita sobre una pasarela que sobrevuela un estanque de diez mil vasos llenos de agua, una metáfora sobre la importancia de este fluido incoloro y su necesario consumo para la subsistencia humana.
A partir de ese momento llegan las fotografías. Su tamaño mural hace tomar distancia para observar con mayor precisión su colorido y la geometría de sus componentes. Son transparencias iluminadas desde el interior de un estrecho cajón. Los fotógrafos descubren en amaneceres o ya con el crepúsculo, en invierno o primavera, con nieve o sin ella, con el sol a la espalda o de frente, puntos especialmente originales del entorno natural del embalse y río Zadorra.
Así, tenemos una vista aérea de Ullibarri Gamboa, que, además de resaltar la isla de Zuaza, muestra al espectador las dimensiones de donde se han sacado los detalles que llegan a continuación. El primer plano de un tronco de árbol caído indica que el nivel de agua embalsada está bajo. Un tronco también sirve para que un martín pescador luzca orgulloso el colorido de su plumaje. A la garza real la vemos volando o expectante entre la bruma del río. En el parque de Mendixu, una pareja de somormujos se cortejan en su momento de celo. Otras fotos, conseguidas con la misma maestría, nos enseñan los detalles de una garceta, o incluso el primerísimo plano de una culebra. Todo en el marco de unos paisajes llenos de toques bucólicos.
En un punto y aparte, el color se completa con el blanco y negro de las fotos de Gerardo López de Guereñu tomadas en los mismos lugres entre 1955 y 1958. En conclusión, una exposición cuya belleza y presentación oxigena las expectativas del espectador más exigente.
Mirando al Zadorra. Quintas y Fernando Martínez de Viñaspres. Fundación Caja Vital. Postas, 13-15; Vitoria. Hasta el 7 de junio. Horarios: laborables, de 18.30 a 21.00; domingos y festivos, de 12.00 a 14.00 y 18.30 a 21.00.
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