José Blanco anuncia la contratación en junio de dos autovías en Lugo

El secretario de Organización del PSOE, José Blanco, anunció ayer en Lugo la contratación, el próximo mes de junio, de dos tramos de autovías en la provincia: los primeros de las que servirán para unir la capital lucense con Ourense y con Santiago. Blanco se extendió al hablar de las inversiones del Gobierno central en Galicia y repasó los incrementos de las pensiones, la ley de igualdad o los beneficios de los que ahora disfrutan los autónomos. Todo ello le sirvió para concluir que el próximo domingo los socialistas ganarán "ampliamente" en España.

Fue tras una churrascada con simpatizantes en la que no faltó detalle. Hubo carpa para la previsible tormenta y abundante comida para cerrar el último gran acto de campaña del PSOE en Lugo. El humo invadió el estrado, al que se subieron Blanco, el secretario de Organización del PSOE gallego, Ricardo Varela, y el candidato, José López Orozco. Todos con el mismo objetivo: arropar al actual alcalde para que revalide su mayoría absoluta y contribuir a entrar por vez primera en el gobierno de la Diputación.

"Diremos el 27-M que la mentira y la infamia son un mal billete para el poder". Así acabó su intervención Ricardo Varela, para dar paso a Blanco. Subió a la tarima, miró al tendido y se congratuló: "Cada vez somos más". "Y seremos más el domingo en el apoyo a Pepe Orozco", vaticinó el número dos socialistas ante la concurrencia.

No pasó por alto la nueva polémica de Melilla con el voto por correo para instar a Rajoy a que "exija" alguna dimisión antes de que concluya la campaña. "No hay derecho a comprar votos con dinero público", arengó Blanco a las cerca de 2.000 personas que se dieron cita en el mitin. Tenía que partir a Palas de Rei, su municipio natal, en el que participó en otro mitin, pero tuvo tiempo de elogiar la figura de López Orozco, como el profesor que de joven le enseñó "valores" y que de adulto le mostró"cómo se puede ser un ejemplo gobernando".

Pero el número dos del PSOE no pudo evitar las referencias al ex presidente José María Aznar y a la derecha española y gallega, porque, aseveró, "tienen que hacer mucha penitencia". Aconsejó a Aznar que "si bebe, no hable", y bromeó con que el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, "es Dios". Con Aznar "se creaba menos empleo y se crecía menos, y se decía que era un milagro". "Ahora que se crece más y se crea más empleo, yo digo que Zapatero es Dios", afirmó.