_
_
_
_
Elecciones municipales 27M
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Sí, voy a votar

A falta de escasos días para que concluya la campaña electoral a las municipales y autonómicas para, seguidamente, proceder a la elección de las personas que nos van a representar en Ayuntamientos y Comunidades, algunos dirigentes de los distintos grupos políticos siguen insistiendo en decir que se lo merecen todo porque el adversario está hasta las trancas y más. Venga usted y vea cómo está fulano o mengana de corrupción. Elíjame; yo no meto la mano y si la meto es por debajo del mantel, como en una de las canciones de Ana Torroja. Sin embargo, y es una práctica que sigo cada vez que hay unas elecciones, me detengo; dejo de escuchar las memeces y maldades de los últimos días, y reflexiono sobre lo que debo hacer. Mi primera pregunta es si voy, o no, a votar. Si ejerzo mi derecho al voto o, por el contrario, cojo mi derecho lo mando bien lejos para que desaparezca y se lo traguen las alcantarillas del absentismo. Estas luchas que se autoproclaman políticas y estas desvergüenzas no son mías. No voy a votar; no quiero saber nada de estos negocios. No obstante, voto. La abstención no está entre mis opciones, por muy legítima que sea. Ni siquiera la he seguido cuando era joven. Sabemos que si hay algo que caracterice a la juventud es su capacidad para dejarse influir. Su formación y su búsqueda de la madurez necesitan nutrirse de experiencias; de opiniones y, desde luego, de una cierta honestidad, amén de una política que se detengan en sus necesidades, y en su día a día. Pues, bien, a esta pregunta, a la de si voy a votar o no, respondo siempre que sí. La democracia exige, como uno de sus pilares fundamentales, la participación. La participación es una forma de ejercer y compartir activamente la democracia. Es, pues, una pregunta y una respuesta que apenas me llevan tiempo, especialmente por estas razones. También por cuanto determinados grupos políticos son conscientes de que una menor participación puede favorecer sus posicionamientos, y no estoy dispuesto a favorecer esta clase de juegos, por muy joven que me sienta. En segundo lugar me preguntaba, y me pregunto a quién voy a votar; qué grupo político merece mi atención, y mi confianza.

En general no es una pregunta que tenga una respuesta difícil. Todos sabemos, en mayor o menor medida, en el ámbito en que nos movemos. Sabemos de nuestras inquietudes sociales y de una mayor o menor apuesta por los cambios en una sociedad que venía arrastrada de un cierto inmovilismo. También qué grupos políticos representan esta voluntad de ausencia de cambio, cuando no voceando la corrupción, y tratando de hacer ver que, si no están los mismamente, o sea ellos mismos, es fácil la corrupción y la incompetencia.

Sin embargo y, aún cuando éste es el panorama que algunos quieren hacernos ver, desde luego de forma interesada para provocar mayor grado de abstención, entiendo, que es posible salirse de este círculo. La fórmula es bien sencilla. Hay que alejarse de las últimas declaraciones políticas y repasar los cuatro últimos años de gobierno de cada pueblo y de cada ciudad. El establecimiento de políticas sociales que atiendan y se ocupen de la marginación; inversiones que apoyen proyectos de rehabilitación, disminución del paro y la ejecución de políticas de vivienda, dirigidas a la juventud y a las personas menos favorecidas, pueden ayudar en la definición del voto. Unas políticas, además, que sólo pueden hacerse desde el consenso y la participación, buscando aquellos grupos políticos que apuesten por el diálogo y la coparticipación de todos. No por el aislacionismo radical y por la posición de una sola y única verdad, la que, en cada momento y en cada lugar, nos quieren hacer verdad. En fin que, el próximo día 27 de mayo, lo tengo fácil: voy a votar para seguir corresponsabilizándome con el sistema democrático. Voy a votar, además, por quiénes siguen creyendo y haciendo posibles políticas sociales, de progreso y de cambio.

Realmente, lo tengo fácil.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_