Una gran temporada a punto

Porque cada verano muta lo imprescindible para mantener sus constantes lúdicas y costeras. Porque sigue desprendiendo un feeling balear contagioso. Ibiza es uno de esos destinos "donde siempre pasa algo".

Para bien o para mal, lo cierto es que las obras de las autovías que conectarán Ibiza capital con el aeropuerto y San Antonio serán casi una realidad este verano. En el apartado aéreo, no hay que perder de vista los vuelos económicos de Vueling desde Madrid y Barcelona. Y Acciona se ha sumado a Iscomar y Baleària en la ruta marítima desde Dénia.

En la capital, en la que fuera Casa de la Cúria, acaba de abrir al público la oficina de turismo que aloja el centro de interpretación de la Ibiza musulmana. No lejos aguarda la Església des Convent, con los frescos de Vicent Matas (1884) recién restaurados. El Carrer Santa Maria va librando poco a poco los secretos púnicos del poblamiento original, y para este verano se abrirán al público casamatas de los baluartes de San Pedro y San Jaime. El barrio de La Marina es el eje de la moda. En Adlibitum (Bisbe Cardona, 10), Charo Ruiz vende su colección completa, con el acabado de las telas arrugadas a mano. En la plaça de Sant Telm, 6, hace lo propio Luis Ferrer con prendas de algodón, ganchillo y tintes a mano.

Rutas senderistas recomendables en Eivissa bajan a la cala d'Albarca (Sant Mateu), al norte de la isla, o trepan a la torre del Pirata, emplazada en un imponente promontorio frente a Es Vedrà. Para rodear este formidable peñón, cabe la posibilidad de embarcarse en el llaüt de Joan Marí (689 68 96 69), o bien alquilar una lancha fueraborda (no se requiere titulación) en cala d'Hort.

En lo relativo a calidad playera, ninguna iguala a las Platges de Comte (San José). Un flash de aguas azules, arena y ringlera de islas menores. En el otro extremo de la isla, al noreste, se encuentra la naturista Aigües Blanques. Un lujo paisajístico y relajante. Con toda su faz montañosa se presenta, cerca de ésta, el caló d'en Serra.

La flecha que forma el sur ibicenco ofrece dos bandas agraciadas de arena: Es Cavallet, de índole más naturista -y diferente en el veterano Chiringay-, y Ses Salines, cuyo cordón dunar está peor conservado por las cuatro terrazas playeras donde aterriza la jet en sentido estricto. Los hay que vienen a la isla blanca sólo para disfrutar del Malibú, conocido popularmente como La Costa de los Rolex, el Jockey Club y el Guaraná. Todo un divertimento. Donde la arena deja paso al marès, una expresión más informal distingue el beach bar Sa' Trinxa.

Cuatro son los locales que sacan partido a la pedregosísima Es Jondal. El Blue Marlin ejerce de trasunto playero del Privilege o del Amnesia, pero con camas para comer recostados mirando al disc jockey con el rabillo del ojo. Los que rulan por la isla conocen bien los fiestones brasileños y cubanos de los sábados en el Kiosko Alegría del Es Savinà.

Y un cuarteto de terrazas, cerca de San Antonio, usufructúan los crepúsculos ibicencos, el Café del Mar y los locales que aprovechan su efecto llamada: Savannah, Mambo y Rey de Copas. Los ibicencos prefieren obviar esta aglomeración en favor del hostal La Torre, muy cerca, en el Cap Negre. La Estación Náutica Sant Antoni-Sant Josep (www.venaibiza.com) es una realidad desde enero.

Cocoon y más

En el apartado macrodiscotequero, los promotores de fiestas echan humo. Amnesia proseguirá con la vanguardia electrónica de la fiesta Cocoon y la recuperación del espíritu de los ochenta en People from Ibiza. Space lanzará en junio una revista de tendencias y seguirá en cartel la locura drag queen de Home of La Troya. Esta temporada habrá eventos organizadas por los sellos discográficos Cassagrande y Azuli. La fiesta de apertura de Space, el 3 de junio, es el oficioso comienzo de la temporada marchosa en la isla.

El restaurante Las Dalias, en San Carlos, eje sobre el que gira el mercadillo hippy, ha apostado asimismo por fiestas diarias. A la ya clásica Namasté (músicas étnicas), se suma este año Una noche con Paco Fernández (viernes). Y la terraza de Kumharas, al sur de San Antonio, es la mejor referencia para gozar del clima balear, de la noche, del placer de seguir respirando. Y decir adiós a Ibiza.