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Reportaje:Fútbol | Segundo título consecutivo del Sevilla en la Copa de la UEFA

Todos los planes de Palop

El portero del Sevilla, que paró tres penaltis de cuatro, es la única pieza que nunca cambia en las tácticas de Juande

Lo dijo Alves: "Palop es fundamental". No eran palabras de Alves. Era el estribillo de un club. A lo largo de dos años, el portero valenciano se ha convertido en la referencia de un equipo en auge. En esta Copa, su protagonismo no ha resultado menos decisivo. Su gol de cabeza en los octavos de final, en Donetsk, hizo lo que pocas veces consigue un portero: clasificar a su equipo en el área contraria. Ayer completó la gesta en tres tiempos. Paró tres penaltis, a Luis García, a Torrejón y a Jonatas. Acertó en tres de cuatro en la tanda de penaltis. Tres adivinanzas, y la Copa fue para el Sevilla al grito de "¡Palop, Palop, Palop...!".

Juande Ramos, que volvió a jugar a brujo con la pizarra, cambió de planes como siempre. Y como siempre, mantuvo a Palop en la portería. El técnico manchego volvió a despistar, construyó un equipo poco conocido para sus más fieles para luego convertirlo en otro distinto por medio de los cambios. Su apuesta inicial fue la de variar el sistema de juego en el que ha basado los mejores resultados de su equipo. El nombre de la amenaza de ayer se llamaba Iván de la Peña, un jugador cuyo juego (y en ocasiones hasta el temperamento) se asemeja bastante a otro que hace escasas fechas le hizo mucho daño a su orgullo de estratega y al de sus jugadores: el madridista Guti.

"¡Ahora a por la Copa y por la Liga!", gritaba la afición del Sevilla en Hampden Park
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De la Peña es famoso por encontrar un agujero por el que cabe una pelota hasta en un bloque de hormigón. Juande Ramos quiso fraguar algo que careciera de cualquier tipo de orificio por mínimo que fuera. El principal encargado de dicha tarea, como casi siempre que se trata de un marrón táctico, fue el danés Poulsen. El ceñudo centrocampista era el encargado de hacer barridos tácticos con los que amalgamaba a sus compañeros. Al italiano Maresca le correspondía articular defensa y ataque y a Martí correr por un océano de espacio para, en primer lugar, quedarse del sitio del que había despegado Alves hasta que llegara Poulsen. Aunque De la Peña no fue capaz de encontrar ni un solo poro en la zaga sevillista, al entrenador no le gustó que el equipo perdiera fluidez en la transición que le caracteriza. Así, la banda izquierda recibió más balones de Palop que del italiano.

El marcador indicaba que ambos equipos habían marcado la misma cantidad de goles, pero el Sevilla fue el que se encaminó con cara de derrota. La decisión de Juande fue tirar de sus viejos y fiables diseños e intentó ser fiel a la máxima que le sitúa como uno de los entrenadores que mejor lee los partidos y sobre todo que más partido saca a los cambios. Su primera decisión fue poner sobre el terreno de juego a Jesús Navas: el regreso al Sevilla de principio de temporada. El joven canterano salió como un tiro y devolvió gran parte de la geometría en la que se reconoce. El papel de Navas ha sido bastante errático a lo largo de los últimos partidos. Desde que se lesionara en noviembre en un partido de Copa del Rey frente a la Gimnástica Segoviana en Nervión, el muchacho no ha recuperado un juego que, en los primeros partidos de la competición liguera tan sólo encontraba parangón en el argentino Messi (también en el Messi previo a su lesión ósea en el pie).

Después le toco el turno al ruso Kerzhakov. El joven delantero procedente del Zenit de San Petersburgo es uno de los futbolistas en cuya contratación ha pesado tanto la opinión de Juande Ramos como la del celebérrimo director deportivo sevillista, Ramón Rodríguez Monchi. El otro caso es Kanouté. El ruso cogió el sitio de Luis Fabiano para hacer lo contrario que hizo Luis Fabiano. Juande Ramos se ha buscado para su equipo a cuatro delanteros, dos hábiles con el balón y el con buena mezcla del juego combinativo (Kanouté y Luis Fabiano) y otros dos de carrera explosiva y chut fácil.

La típica jugada del Sevilla de toda la vida, una combinación de Alves, Navas y Kanouté, permitió al equipo alcanzar los penaltis. "¡Ahora a por la Copa y por la Liga!", gritaba la mitad de la grada de Hampden Park.

Kanouté celebra el segundo gol del Sevilla.
Kanouté celebra el segundo gol del Sevilla.REUTERS

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