Silencio y vuelta al ruedo
Segunda derrota del Desafío mientras Oracle empata con Luna Rossa
Resumiendo, New Zealand sale por delante del Desafío, y gana.
En la segunda corrida de la feria Copa del América, el drama se respiraba ya minutos antes del paseíllo. Es una lucha por sobrevivir, pero a costa del prójimo. Porque aquí no hay sitio para dos. El éxito de uno se consigue ridiculizando al otro. Otra vez se midieron los mejores espadas: de gris y blanco, Chris Dickson, dirigiendo la cuadrilla del Oracle; de blanco y rojo, James Spithill, con sus lunarosseros.
El morlaco no había salido de chiqueros y los dos espadas ya se desafiaban. Para hacerse hueco en el paseíllo, Spithill y Dickson retorcían sus barcos como longanizas -dado el momento electoral, póngase el embutido de la circunscripción correspondiente: sobrasada, butifarra, chistorras, botillo.... Finalmente ganaba la salida Spithill, que dejó encerrado al Oracle de Dickson. Música, maestro, para el joven Spithill. En un plisplás se puso 200 metros por delante y llegó a la primera baliza con casi un minuto de ventaja. Parecía cantado el segundo triunfo de Luna Rossa. ¿Cantado? El tendido no lo veía así. La cámaras enfocaban a Dickson, apretando las mandíbulas, como fiera herida. Oracle salió en la empopada detrás de Luna Rossa y, como casi siempre, le recortó tiempo. Sólo 20 segundos de desventaja en la segunda baliza. En la ceñida Luna Rossa ganó parte de lo perdido, pero Dickson seguía erre que erre, insatisfecho, osado cuando no suicida. Cerca ya de la tercera baliza, cruzó su barco por detrás del Luna Rossa, se puso a su altura y trató de desventarle, pero Spithill aguantó la embestida, amagó a la derecha y fintó hacia la izquierda, quedándose Oracle parado y sin toro. Luna Rossa había salido del apuro lanzado hacia la tercera baliza, que tomó con 14 segundos. Sólo quedaba otra baliza para el segundo triunfo italiano. Tenía 50 metros de ventaja, pocos cuando detrás se tiene a la cuadrilla del Oracle. Fueron ganando terreno, sintiéndose cada vez más cómodos en el último tercio, con un rumbo diferente a Luna Rossa, que empalidecía. La meta estaba a la vista y Oracle se comía con su descaro los metros de desventaja y, por primera vez en la tarde, mandó en la arena hasta que el enemigo dobló su testuz.
Luna Rossa tenía 50 metros de ventaja. Pocos cuando detrás se tiene a la cuadrilla del Oracle
El drama no siempre tiene forma de redondel, a veces es un triángulo flotante aunque sus faenas sean igual de brillantes y de apreciadas por su público fiel. Si New Zealand, tras su faena de aliño con el Desafío, se fue entre el silencio del respetable, Oracle y Luna Rossa merecieron la vuelta al ruedo en una de las faenas más emocionantes de la feria. La oreja ayer fue para Oracle. Mañana no se sabe.
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