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Reportaje:Fútbol | Sevilla-Espanyol, la gran final de la Copa de la UEFA

La cantera de los cien

De la mano de Josep Manuel Casanova, un centenar de jugadores de la casa han debutado en el Espanyol desde su final europea en 1988

Robert Álvarez

"Nuestra mejor publicidad son los hechos consumados". Lo afirma Josep Manuel Casanova, máximo responsable de la cantera del Espanyol desde 1989, un año después de la única final de la Copa de la UEFA disputada por el club blanquiazul. Desde entonces, cien jugadores formados en las categorías inferiores han debutado en el primer equipo, 37 de ellos en la última década.

"Que debuten en Primera División es relativo. Lo que cuenta para mí es cuando se inscriben con número y dorsal en la plantilla del primer equipo", dice Casanova, jugador blanquiazul en la década de los setenta. Los chavales que hacen un hormiguero de la ciudad deportiva de Sant Adrià, inaugurada en 2001, tienen a Tamudo como referente y cada vez son más los que dan el salto al primer equipo. En el partido de la UEFA ante el Werder, el Espanyol acabó con siete canteranos sobre el terreno de juego y con Ernesto Valverde como entrenador han debutado seis: Torrejón, Chica, Julián, Ángel, Serrán y Palanca.

Casanova explica la razón de la prosperidad: "Ha confluido el buen trabajo en el área deportiva y la llegada de un entrenador que está habituado a utilizar jugadores nuevos. Si encima, los chavales responden con un buen rendimiento, las puertas se abren cada vez más".

La ciudad deportiva ha ayudado lo suyo. Antes, los equipos inferiores del Espanyol llegaron a utilizar hasta 17 campos de juego diferentes al mismo tiempo. Ahora todos sus equipos, diez además de tres pertenecientes a su escuela, trabajan juntos. Casanova ha establecido directrices que priman unas características de juego similares como la defensa en línea, de cuatro habitualmente y, a partir de ahí, un estilo de juego creativo. "El Espanyol tenía fama de ser un equipo muy defensivo. Hemos logrado darle la vuelta a la tortilla y acostumbramos a ser los máximos goleadores en casi todas las categorías", explica. No se implanta un mismo patrón de juego porque se sigue el criterio de que los jugadores deben llegar al primer equipo con la profesión aprendida, sin haberse encorsetado en un esquema táctico, y deben dominar la mayor cantidad posible de recursos. "Prefiero que cuando llegan a Primera sepan jugar en zona, marcar al hombre, hacer una defensa mixta o cualquier otra tarea que les pueda encomendar el entrenador. Si les impones un único sistema, puedes acabar creando autómatas, además de que tendrán dificultades para adaptarse a otro club".

El manantial de centrales en Sant Adrià es incesante. Soldevilla, Lopo, Jarque y Torrejón son algunos de los mejores ejemplos de esta eclosión cuyo último producto es Serrán, que debutó en Primera ante el Racing el pasado mes de marzo. "Es una cuestión de rachas, pero es más fácil sacar defensas que atacantes, porque éstos requieren un perfil más complicado. El zaguero, aunque no tenga tanta calidad, puede suplir sus carencias con trabajo", argumenta Tintín Márquez, ayudante de Ernesto Valverde y ex entrenador del filial.

La cantera del Espanyol, en la que trabajan unas 70 personas, capta jugadores de otras autonomías. En la mayoría de esos casos, y de algunos catalanes de poblaciones alejadas de Barcelona, se hace cargo de su formación académica y les procura una residencia. En estos momentos son casi treinta los que viven en dos céntricos pisos de Barcelona propiedad del club. Julián (Badajoz, 1987) es un ejemplo de este tipo de jugadores importados, un centrocampista que posee notables condiciones técnicas y que ya ha disputado varios partidos tanto en la Liga como en la Copa de la UEFA. "Nos gusta que los chavales estudien. Deben comprender que no todos van a poder vivir del fútbol y hay que evitar lo que les sucede a algunos que, cuando tienen un bajón deportivo, sufren depresiones".

La competencia con la cantera del Barça es enorme. Hace algunos años las directivas rompieron sus relaciones reprochándose las malas artes empleadas en la captación de chavales. "Debemos tener presente que vivimos al lado de un gigante económico y deportivo que no perdona y que nos obliga a estar con los ojos muy abiertos y a decidir con rapidez. Los éxitos de nuestros equipos inferiores y los jugadores que logran jugar en el primer equipo constituyen un acicate para los chavales". No es habitual que los clubes extranjeros hurguen en la cantera del Espanyol pero una de sus últimas promesas, Sergio Tejera, se la llevó el Arsenal. Afortunadamente, constata Casanova, es una excepción.

Moisés, con Julián y Ángel detrás, durante un entrenamiento del Espanyol.
Moisés, con Julián y Ángel detrás, durante un entrenamiento del Espanyol.CARLES RIBAS

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Sobre la firma

Robert Álvarez
Licenciado en Periodismo por la Autónoma de Barcelona, se incorporó a EL PAÍS en 1988. Anteriormente trabajó en La Hoja del Lunes, El Noticiero Universal y el diari Avui.

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