Arranca la campaña electoral más abierta

La campaña electoral que configurará la séptima legislatura y los próximos gobiernos locales arrancó la pasada medianoche con la tradicional pegada de carteles y los discursos con las líneas maestras de los programas. No es ésta una campaña de trámite para ninguna de las fuerzas que concurren: la batalla se presenta más abierta que en anteriores citas y los resultados pueden determinar rumbos orgánicos distintos. El PP sitúa el foco con toda su potencia sobre los grandes eventos y las políticas económicas, mientras que el PSPV hace guiños a las economías familiares y el Compromís apela a cambiar las prioridades.

La balanza no está inclinada de antemano y la victoria es crucial para los dos principales partidos, puesto que la derrota imprimiría a ambas organizaciones una dinámica incierta en el ámbito nacional. Por ello, PSOE y PP se van a volcar en la Comunidad Valenciana. Los socialistas son conscientes de que en Alicante se juega buena parte del resultado electoral y han apostado fuerte. El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, que mañana abrirá la campaña en Valencia, ofrecerá el 17 un mitin en Alicante con la candidata a la alcaldía, Etelvina Andreu. Y además, la vicepresidenta del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, cerrará la campaña en la ciudad. El PP maneja los mismos datos sobre Alicante y mañana recibirá la visita de su líder nacional, Mariano Rajoy, quien también reforzará con su presencia al partido en Valencia la próxima semana. Pese a que los resultados en Castellón pueden ser determinantes en el cómputo general, los dos partidos mayoritarios han dejado sus principales actos en manos de Ángel Acebes y Alfredo Pérez Rubalcaba.

Asimismo, en el ámbito autonómico, las victorias o las derrotas cosechadas el próximo 27 de mayo pueden tener consecuencias orgánicas tanto en el PP como en el PSPV, aunque no estallarían hasta después de las próximas elecciones generales. Si el triunfo de los populares consolidaría la figura de Francisco Camps en la estructura del partido, la pérdida de las elecciones y el desalojo del poder abonaría las rencillas y resentimientos acumulados en la sucesión de Eduardo Zaplana, dando lugar a un enfrentamiento orgánico de imprevisibles consecuencias. Aunque la situación que atraviesa el PSPV difiere de la del PP valenciano, quedar de nuevo en la oposición, mientras el partido gobierna España, reblandecería peligrosamente las múltiples heridas orgánicas.

Sin perder de vista esa perspectiva, ambos partidos se echan a las calles para tratar de conseguir con sus mensajes un resultado que les asegure el mejor de los escenarios. El más luminoso que maneja el PP para la Comunidad Valenciana son los grandes eventos. El partido parte de la base de que los grandes acontecimientos deportivos, además de proyección y puesta en valor del territorio, es una inversión que dinamiza la economía de todos los sectores y beneficia al conjunto de la sociedad. En ese sentido, el mensaje popular se apoya en el resplandor de la Copa del América y el Mundial de Atletismo, que se celebran en Valencia, así como en la salida de la Vuelta al Mundo de vela desde Alicante. Sobre ello, el PP ha fijado su propuesta estrella: un campeonato mundial de Fórmula 1 de la mano de Bernie Ecclestone que se celebraría en un circuito urbano de Valencia y que tiene garantizada la polémica.

El PP, además de subrayar su gestión al frente de la Generalitat, también lanza abundantes guiños económicos al electorado: 3.000 millones de euros para las políticas de ayuda familiar, una deducción de 1.200 euros para las madres que no trabajen fuera del hogar con hijos menores de tres años, así como la supresión y rebaja de varios impuestos.

Por su parte, el PSPV, pese a los grandes argumentos manejados en el último tramo contra la corrupción y en defensa de la libertad de expresión, ha focalizado su mensaje en el bolsillo de los ciudadanos, dentro de su objetivo general de avanzar hacia una sociedad justa y cohesionada que pone el acento en los servicios públicos. Una de las primeras promesas que ha llevado a los papeles es la de asignar 3.000 euros por cada nuevo hijo natural o adoptado. En su programa, también adquiere cuerpo el compromiso de que todas las personas mayores dispongan de unos ingresos mínimos de 500 euros mensuales, así como una batería de incentivos fiscales para jóvenes, mujeres y familias tendentes a la igualdad plena, a hacer compatible la vida familiar con la laboral y a estimular la formación y la incorporación a la vida activa.

La llamada de partida de la coalición Compromís pel País Valencià, que integra a Esquerra Unida (EU), el Bloc y Els Verds, apunta hacia una política que marque un cambio de prioridades. Partiendo de la convicción de que es decisiva para propiciar un cambio en el gobierno de la Generalitat, la coalición apuesta por abandonar los grandes eventos y priorizar las actuaciones que afecten a las personas. Ello, con especial énfasis en la vivienda y la aplicación de una moratoria que, sin parar la construcción, permita una ordenación territorial sostenible y respetuosa con el medio ambiente.