"Es un adversario temible"

Hay días en los que Rafael Nadal se levanta y desayuna un sandwich de nocilla. Ayer, no. Ayer Nadal, el número dos del mundo, se levantó y se marchó a ver al médico. La operación, el traslado, se llevó con cierto secreto y un mínimo de disimulo. El número dos mundial debutaba en el Open de Roma y no había que darle pistas a Daniele Bracciali, su rival. "Por la mañana estaba mareado y tuve que ir al médico", reconoció Nadal tras el partido. "Me dijo que no era nada y es algo que no me preocupa. Espero recuperarme para mañana, aunque a lo mejor vuelvo al médico. No estoy aún en mi mejor momento, pero no estoy preocupado", añadió el español, que se clasificó para octavos tras lograr ante Bracciali su 73ª victoria consecutiva sobre arcilla (6-4 y 6-2). Nadal no es como El Cid, pero casi. Gana batallas incluso estando enfermo.

Fue una victoria extraña. Peleada en el primer set. Amenizada durante todo el partido por el ruido de los helicópteros que sobrevolaban la pista mientras a una decena de metros el Inter y el Roma disputaban la ida de la final de la Copa italiana. Nadal celebró su victoria. Y se metió al laboratorio: tocaba analizar al rival que le espera en los octavos. No es un cualquiera. Es un ex recogepelotas de prestigio. Y le trae malos recuerdos.

Frente a Nadal estará hoy Mikhail Youzhny, un barbudo que soñaba con el tenis desde niño, el mismo hombre que siendo niño se fotografió en Moscú junto a Courier, Sampras y Todd Martin, a los que había visto jugar la final de la Davis como recogepelotas. Hoy Youzhny ya no se hace fotografías con nadie. Se las hacen con él. Ha ganado jugando la ensaladera. Y es el número 15 del mundo. "Es uno de mis adversarios más temibles", reconoció Nadal, que empata en sus enfrentamientos con el ruso (3-3), contra el que ha perdido sus dos últimos partidos, ninguno disputado sobre tierra.

Segunda ronda: T. Berdych (R. Ch.)-A. Montañes, 7-6 (7/5) y 6-3. N. Djokovic (Ser.)-R. Soderling (Sue.), 3-6, 6-4 y 6-3. T. Robredo-Ó. Hernandez, 7-5, 4-6 y 6-1.