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Crónica:Fútbol | Vuelta de las semifinales de la Copa del Rey
Crónica
Texto informativo con interpretación

Plácida faena del Sevilla

El equipo de Juande llega 45 años después a otra final de Copa tras vencer al Deportivo

La Copa es una competición generosa por lo extremo de su naturaleza, porque obliga a buscar el gol aún en la derrota por el peso que le proporciona. Ahora bien, por lo mismo que depara enfrentamientos a cara de perro, deja algunos nonatos.

SEVILLA 2 - DEPORTIVO 0

Sevilla: Palop; Hinkel, Escudé (Fazio, m. 34), Dragutinovic, David; Alves, Renato (Maresca, m. 56), Martí, Duda (Kerzhakov, m. 57); Alfaro y Chevantón. No utilizados: Cobeño; y Puerta.

Deportivo: Munúa; Manuel Pablo (Barragán, m. 60), Lopo, Andrade, Filipe; De Guzmán, Duscher; Estoyanoff, Cristian, Taborda (Bodipo, m. 74); y Arizmendi (Verdú, m. 46). No utilizados: Aouate; y Juan Rodríguez.

Goles: 1-0. M. 2. Duda, de saque de falta. 2-0. M. 32. Chevantón.

Árbitro: Megía Dávila. Amonestó a Andrade y Duscher.

Unos 25.000 espectadores en el Sánchez Pizjuán.

El de ayer era uno de esos. La abultada victoria (0-3) del Sevilla en Riazor había dejado el encuentro en la inoportunidad. El Sevilla se lamía las heridas de la derrota liguera en el Bernabéu que le alejó sustancialmente del primero y más valorado de sus todavía tres objetivos: la Liga. Lo que le queda por luchar en esa disputa, pasa por ganar el sábado al Recreativo de Huelva. Más o menos 36 horas después de que finalice el citado encuentro, los sevillistas despegarán camino de Glasgow, donde el miércoles disputarán al Espanyol el título de campeón de la Copa de la UEFA. Total que entre lo pasado y lo que viene, el partido de anoche era poco más que imperativo de la competición. La actualidad del Sevilla es tan brillante que opaca gran parte de su historia. Así, ni siquiera el hecho de que el Sevilla no se hubiera clasificado para una final de la Copa desde 1962 le dio vidilla al asunto.

Por su parte, al Deportivo, que ya venía al trote, le quitaron las ganas muy prontito. Antes de saltar al césped, los deportivistas tenían que meter tres goles para tener algo que decir en la eliminatoria. A los dos minutos, ya eran cuatro; y a la media hora, cinco. Además, sobre el césped no se bajaba de los 30 grados.

El primer protagonista del encuentro fue el sevillista Duda. El portugués hizo por primera vez una de las cosas por las que el Sevilla le convenció para dejar el Málaga. Duda embocó una falta directa al borde del área. Juande Ramos quería un especialista para ese tipo de lances. Lo malo es que éste no ha sido capaz de ganarse un puesto en el equipo, ni casi entrar en las rotaciones de las que gusta con frecuencia el entrenador sevillista. Duda ganó algo de prestigio en la vuelta de la semifinal de la Copa de la UEFA contra Osasuna, el pasado jueves. Ayer, el portugués madrugó para reivindicarse.

Con la inevitable presencia de Palop y Alves, la alineación titular sevillista era una mezcla entre fijos y meritorios. Con el primer gol, Juande decidió darle el alegrón del debut en el primer equipo al jovencísimo argentino Fazio, un gigantón de 1,95 y 19 años que se foguea como mediocentro en el Sevilla B.

Obvia decir que el encuentro se disputó a velocidad de amistoso. Pero ni siquiera con las expectativas que despiertan los partidos de ensayo previos al arranque de la temporada. Uno de los que más en serio se tomó las cosas fue Chevantón. El que llegara como fichaje estrella para la delantera sevillista no hace rehenes. Sabe que necesita del gol para reivindicar su jerarquía dentro del equipo o lo que aún pueda recuperar de la misma. Chevantón no se salió del guión habitual de sus intervenciones. Marcar, marcó. Además con un golazo, primero con un regate a un contrario al dejar pasar un pase de pared de Alves en la frontal y después con un chut cruzado. No pudo dejar de fallar sus dos oportunidades clarísimas. El Sevilla llegó a ayer a su primera final de Copa en 45 años, otro logro de un ejercicio colosal en el presente curso. Lo malo para el partido de ayer, es que ya lo había conseguido antes, dos semanas antes.

Munúa no puede detener el disparo de Duda, el primer gol del Sevilla.
Munúa no puede detener el disparo de Duda, el primer gol del Sevilla.ALEJANDRO RUESGA

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