Verde y con asas
Hoy continuará su declaración en el juicio oral el testigo Kamal Ahbar. Antes puede ser útil recapitular cómo ha llegado este militante yihadista a la Casa de Campo y cuál es el posible sentido de la primera parte de su declaración, iniciada el pasado viernes, 4 de mayo.
Ahbar fue detenido en junio de 2005 por organizar una red de reclutamiento de yihadistas para ser enviados a luchar en Irak -"lo que nosotros llamamos resistencia y ustedes terrorismo", según dijo- y se le envió en prisión preventiva a la cárcel de Teixeiro, en A Coruña. La captura de Ahbar tuvo lugar dentro de la Operación Tigris. Allí, según fuentes consultadas, Ahbar coincidió con uno de los acusados en el atentado del 11-M, Basel Galyhoun, quien, como parte de los traslados con vistas al juicio oral, fue trasladado meses después a la prisión de Alcalá Meco de Madrid.
Los partidarios de la conspiración intentan ahora demostrar una maquinación del CNI y la policía
Hete aquí que el 4 de enero de 2007, Ahbar volvió a ser objeto de un procedimiento, la llamada Operación Sello II, por la cual el juez Juan del Olmo ordenó la entrada en prisión de un grupo de militantes yihadistas por ayudar a algunos de los autores del 11-M a huir de España. Ahbar fue enviado a continuación a la cárcel de Alcalá Meco, donde se preparaban para comparecer en juicio los acusados del 11-M.
Cuando confeccionó su propuesta de testigos, el letrado de Rafá Zouhier enumeró a casi todos los detenidos por la Operación Sello II. Fuentes consultadas aseguran que algunos de ellos le fueron recomendados por otro abogado, aquel que representa a los acusados Jamal Zougam y Basel Galyhoun. Pero el letrado de Zouhier finalmente decidió renunciar a casi todos... menos uno: Kamal Ahbar.
Fuentes próximas al letrado dijeron el pasado viernes que fue el letrado de otro acusado, Larbi Ben Sellam, quien le sugirió que dejase a Ahbar, ya que según el tío de Ben Sellam Ahbar podía exculpar a este acusado.
No fue la única petición de dejar a Ahbar que recibió. Otras fuentes jurídicas señalan que el letrado de Zougam y Galyhoun también mantenía vivo interés en el testimonio de Ahbar. El caso es que éste fue el único testigo de la lista al que no renunció el letrado de Zouhier. Y fue, a la luz de su declaración del viernes pasado, el testigo que inequívocamente exculpando a Zougam y Galyhoun implicó a Zouhier. Y esto por iniciativa del propio letrado de Rafá Zouhier.
Que el letrado de Zouhier nada tenía que preguntar a Ahbar quedó patente. El presidente del tribunal, Javier Gómez Bermúdez, empleó tres minutos, desde que solicitó que le quitaran los grilletes hasta advertir que comparecía en calidad de testigo, y su derecho a no declarar contra sí mismo estando como está imputado en otra causa.
El letrado de Zouhier, en cambio, sólo ocupó un minuto en su interrogatorio y lo dio por terminado tras preguntarle si su domicilio era cercano a la mezquita, en Santa Coloma de Gramanet y si conoció a Rafá Zouhier. Duró exactamente... un minuto.
Todo lo demás fue lo que Ahbar contestó a preguntas de la fiscal Olga Sánchez. Era evidente que traía preparado su relato. Porque fue él quien fue llevando las preguntas a su molino.
Entre las cosas que ha dicho Ahbar está la afirmación de que lo que estaba declarando en la Casa de Campo ya estaba grabado en su declaración del mes de enero ante el juez Del Olmo y que está bajo secreto sumarial. Fuentes jurídicas sostienen que Ahbar no declaró nada de lo que dijo el pasado viernes en relación al 11-M en esa comparecencia ante el juez Juan del Olmo.
Lo esencial: llegada a una vía muerta la campaña de los conspiradores sobre la participación de ETA en el 11-M, ahora buscan la salida de una conspiración de un sector del Centro Nacional de Inteligencia (CNI) y la policía. ¿Cómo? Según Ahbar el que aportó los telefónos móviles fue Safuan Sebag, el pollero de Valencia, y colaborador del CNI, y el que conectó los cables a los mismos el confidente policial Cartagena. Más madera.
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