Internet impulsa el cambio de manos en la prensa mundial
Las ofertas sobre Dow Jones, Tribune y Reuters agitan el mercado
El futuro de la prensa atraviesa un momento crucial en EE UU, donde las familias que controlan las grandes cabeceras luchan por sobrevivir ante la embestida de Internet o se ven obligadas a desprenderse de sus activos. Es el caso de Dow Jones o del grupo Tribune. El primero, propietario de The Wall Street Journal, se esfuerza por abrirse camino más allá del papel. El segundo, editor de Los Angeles Times y el Chicago Tribune, optó por venderse a un magnate del sector inmobiliario, Sam Zell. A los grupos estadounidenses se les suma la primera agencia de noticias del mundo, la británica Reuters, cortejada por Thomson.
El Tribune es el segundo grupo editorial más importante de EE UU por ventas de diarios. Knight Ridder siguió la misma suerte que el legendario grupo de Chicago, después de que sus propietarios optaran por el dinero frente al prestigio, poniéndose en manos de McClatchy. The New York Times y The Washington Post son otros de los grandes grupos de comunicación controlados aún por familias. Pero la estructura de propiedad de estos medios es muy criticada por inversores y analistas en EE UU, por su ineficacia en una nueva realidad mediática.
En medio de este dilema sobre el futuro de la prensa tradicional ha saltado a escena Rupert Murdoch, ofreciendo 5.000 millones de dólares por Dow Jones, para integrarlo en su imperio mediático News Corporation. El magnate sigue creyendo en la prensa escrita, y en particular en las noticias financieras, hasta el punto que dice que es uno de los segmentos con mayor potencial. De hecho, su propósito es lanzar antes de final de año una cadena de televisión dedicada a la información financiera que compita con la CNBC.
Al comprar Dow Jones, el voraz empresario conseguiría cerrar el círculo sumando The Wall Street Journal a las 175 cabeceras que controla. La agencia Dow Jones aportará noticias en tiempo real a su amplia red de medios, un instrumento que además es clave para abrirse camino en el universo de Internet. El análisis lo pondría la revista Barron's. Y es que Dow Jones, a diferencia de los otros grupos independientes, se encuentra en una buena situación financiera.
El consejero delegado del grupo, Richard Zannino, tiene en marcha un plan para expandir el negocio más allá de la prensa tradicional, para hacer frente a la caída de ingresos publicitarios y al número de lectores que se dirige en los últimos años a Internet. Su objetivo es que los ingresos por vía electrónica representen un 50% del total para 2009, frente al 30% actual. Para ello compró el portal financiero Factiva a Reuters, que se completa con MarketWatch y la web de The Wall Street Journal.
En el caso del grupo News Corp, los ingresos generados por sus activos electrónicos son del 10%. Esto explica el atractivo que tiene para Murdoch Dow Jones. Sin embargo, los sentimientos son opuestos y la familia Bancroft, que controla el 64,2% de los derechos de voto, se opone a la venta, a pesar de que el magnate le ponga sobre la mesa 1.230 millones por sus acciones (24,7% del capital). La otra familia propietaria del grupo, los Ottaway, que controlan el 6,2% de los votos, también se opone a la operación. El perfil de Murdoch no les gusta.
Los Bancroft controlan el negocio de Dow Jones desde 1902. Desde entonces, su participación ha ido disminuyendo. La familia se topa ahora, además, con un conflicto entre las distintas generaciones. Los miembros más jóvenes apoyan la venta de la compañía, mientras que los más veteranos se oponen.
Mudorch no tira la toalla, aunque no tenga garantías de que su oferta será aceptada. El precio será clave en el desenlace. La oferta de Murdoch es lo suficientemente suculenta como para complicar la puja por parte de otros rivales. Aunque, como señalan los analistas, Dow Jones tiene una calidad muy superior a la de otros modelos seguidos en Internet.
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