Walter Schirra, astronauta de la NASA
Era uno de 'los siete primeros' y realizó tres vuelos espaciales en los años sesenta
Walter M. Schirra fue seleccionado, en 1959, como astronauta de la NASA para formar parte de lo que históricamente se ha llamado el grupo de los siete primeros, junto con Scott Carpenter, Gordon Cooper, John Glenn, Gus Grissom, Alan Shepard y Deke Slayton. Sólo Carpenter y Glenn le sobreviven.
Oficial de la Marina, piloto de pruebas y veterano de la guerra de Corea, Schirra fue el único astronauta que voló en los tres primeros programas espaciales de la NASA: Mercury, Geminy y Apollo. "Nosotros compartimos el sueño de poner a prueba la imaginación y la osadía del hombre", escribió después Schirra acerca de aquel puñado de pioneros. "Aquellos primeros vuelos de [programa] Mercury, los logros de Geminy y los viajes a la Luna nos colocaron para siempre como lo que me gusta denominar una nación que va al espacio. Igual que Inglaterra, España y Portugal cruzaron los mares en busca de la grandeza de sus naciones, nosotros fuimos a los cielos y ennoblecimos nuestra nación".
Realizó su primer vuelo espacial pilotando la quinta misión Mercury, en octubre de 1962, y dio seis vueltas a la Tierra en nueve horas y 13 minutos durante las que tomó cientos de fotografías. Su cápsula, la Sigma 7, se recuerda en la historia espacial por la precisión con la que regresó a la Tierra, cayendo al mar a sólo siete kilómetros de distancia de donde estaba esperando el buque de salvamento.
Tres años después, Schirra volvió al espacio, esta vez con compañía (Tom Stafford) a bordo de una nave Gemini, para realizar las primeras maniobras espaciales de aproximación entre dos artefactos en órbita. En octubre de 1968, el ya veterano astronauta realizó un viaje de 11 días en el Apollo 7 con Walt Cunningham y Donn Eisele para probar los equipos que llevarían al hombre a la Luna.
Poco después, en 1969, Schirra se retiró de la Marina estadounidense y de la NASA y cambió su trabajo de las naves espaciales por los micrófonos y las cámaras de la cadena de televisión CBS News, donde triunfó como un comentarista entusiasta del programa espacial. Su colega de tripulación en esta nueva aventura fue el famoso Walter Cronkite y con él formó un equipo fuerte y popular en la difusión de las actividades de la NASA.
Schirra también fundó su propia empresa de consultoría, Schirra Enterprise, y escribió dos libros: We seven, publicado en 1960, y Schirra's space, en 1988. Asesor de diferentes empresas y organizaciones públicas y privadas a lo largo de los años y director del Museo Aeroespacial de San Diego (California), el veterano astronauta, multicondecorado, era un hombre vital y jovial en cualquier ámbito en que se desenvolviera, famoso por sus bromas y su buen humor.
La NASA recordaba ayer una anécdota de hace casi 50 años: aquellos siete primeros astronautas eran sometidos constantemente a múltiples pruebas y análisis que requerían muestras de fluidos corporales, hasta que un día en que una enfermera reclamó a Schirra una muestra más de orina, el astronauta llenó un bote con 20 litros de agua templada, detergente y yodo y lo dejó en la mesa de la insistente enfermera.
"En cuanto uno conocía a Walli se percataba de que era un hombre que disfrutaba de la cara más amable de la vida, con sus ocurrencias, bromas y chistes que animaban cualquier reunión. Pero esto ocultaba su auténtica naturaleza. Su historial como piloto espacial pionero muestra la auténtica pasta de la que estaba hecho. Nosotros, que hemos heredado el programa espacial, estaremos siempre en deuda con él", declaró ayer Michael Griffin, director de la NASA.
Schirra vivía en Rancho Santa Fe (California). Casado con Josephine, tenía dos hijos: Suzanne y Walter.
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