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Elecciones presidenciales en Francia

Una tradición que comenzó en 1974 con Giscard y Mitterrand

La tradición del debate entre los dos candidatos al palacio del Elíseo arranca en 1974, en la elección que enfrentó por primera vez a Valéry Giscard d'Estaign y François Mitterrand, que volvieron a encontrarse siete años más tarde. Giscard ganó aquel envite, del que ha quedado una frase que los analistas consideran que fue decisiva. "Usted no tiene el monopolio de la generosidad", le espetó Giscard a Mitterrand, respondiendo a los problemas sociales que acababa de enumerar el candidato de la izquierda. Ayer, el propio Giscard reconocía que fue aquel hallazgo retórico el que le llevó a la presidencia francesa.

En 1981, un Mitterrand remozado -llegó a reducir el tamaño de sus dientes caninos para cambiar su imagen frente a las cámaras- se tomó la revancha contra Giscard y supo colocar la frase explosiva en el lugar exacto para hundir la nave adversaria. "Habla usted mucho del pasado, me llama a mí hombre del pasado, pero en el tiempo que ha transcurrido [desde la anterior elección] ha acabado usted por ser el hombre del pasivo".

Mitterrand se convirtió en el primer presidente socialista de la V República. En 1988, intentó ser reelegido y se enfrentó al que era entonces su primer ministro en la inédita experiencia de la cohabitación en el sistema político francés: el conservador Jacques Chirac. El contraste entre el joven y agresivo Chirac y el veterano y ya enfermo Mitterrand era notable. El debate, a tenor de lo que cuentan quienes asistieron en directo, fue de una gran violencia emocional, de una tensión inaudita.

Condescendencia estudiada

Mitterrand consiguió prevalecer a base de tratarle con una condescendencia muy estudiada que irritaba enormemente a Chirac. "No me llame señor primer ministro", le dijo Chirac en un determinado momento. "Aquí somos iguales, somos los dos candidatos a la presidencia". "Como usted quiera, señor primer ministro", le respondió impertérrito Mitterrand.

En 1995, Chirac se enfrentó al socialista Lionel Jospin. En realidad, la elección ya estaba decidida porque la auténtica batalla la habían librado dos conservadores: Chirac y el entonces primer ministro de Mitterrand, Eduard Balladour, a quien apoyaba Nicolas Sarkozy. El debate entre Chirac y Jospin fue cortés y elegante. Sin grandes frases que recordar. Estaban destinados a enfrentarse de nuevo, pero hace cinco años, en 2002, el ultraderechista Jean-Marie Le Pen dio la sorpresa y dejó al socialista fuera de la carrera. Chirac se negó a debatir con Le Pen.

La escenografía de los debates no tiene mucha historia. Las imágenes en blanco y negro del primero no son demasiado diferentes de las que, ya en color, llegaron después. Dos periodistas, por lo general, y los candidatos presidenciales a uno y otro lado de la mesa en un fondo neutro. En el debate de ayer, los periodistas fueron Arlette Chabot y Patrick Poivre d'Arvor en representación de TF1 y France 2, respectivamente.

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