A Madrid
El consejero de la Presidencia, Gaspar Zarrías, está empeñado en que Javier Arenas se marche a Madrid. Dice que es el único camino que le queda, ya que vaticina una nueva derrota del líder del PP en las urnas. De modo que no le augura un buen final en Andalucía hasta el punto de que la salida que vislumbra para el dirigente popular no es otra que regresar al núcleo duro de su partido, junto a Mariano Rajoy. Tanta preocupación de Zarrías por el futuro de Arenas contrasta con el "hambre de gobierno" que dice tener éste. Y la verdad es que parece dispuesto a saciar esa escasez prometiendo subidas de sueldos a los funcionarios de la Junta y recortes de altos cargos, medidas, por cierto, que pudo haber aplicado a rajatabla cuando estuvo en el Gobierno de España.
Pero lo de Zarrías parece tener truco. Juega con cierta ventaja. Le siguen llegando trabajos demoscópicos que dibujan un panorama electoral en nuestra comunidad muy positivo para los socialistas. Lejos de deteriorarse, progresan en apoyo ciudadano mientras que el PP pierde posiciones. Y todo eso por no hablar de la valoración personal de los distintos líderes, con un Chaves extraordinariamente considerado por los consultados y con un Arenas que sigue sin aprobar. De seguir así las cosas se entiende su hambruna. Una carencia que le lleva, incluso, a organizar una caravana electoral con motivo de las municipales en torno a su persona. No tiene, por tanto, más remedio que multiplicarse por cada uno de los rincones de Andalucía y para ello va a contar con la ayuda de un Rajoy que le va a echar un cable esta semana en Almería, provincia donde la configuración de un partido independiente encabezado por el alcalde de El Ejido, Juan Enciso, le puede dar más de un dolor de cabeza al presentar candidaturas en numerosas localidades.
También en el PSOE tendrán el apoyo de su líder, José Luis Rodríguez Zapatero, quien arropará con su presencia a Paulino Plata en Marbella. Una cita que no hay que perderse en un municipio cuyos anteriores rectores se encargaron de sacarlo fuera del sistema, con una corrupción que imposibilitaba llevarse bien con la Administración autonómica o con la central. Ahora los marbellíes están necesitados de actuaciones inmediatas por lo que todo compromiso que asuma allí el presidente del Gobierno será poco, aunque sea en el contexto de un acto electoral.
Igual de comprometido debe estar con el conflicto de Delphi y, en general, con la crisis industrial que afecta a la bahía de Cádiz. El acuerdo alcanzado para la creación de una gran zona de expansión logística y tecnológica en el enclave conocido como Las Aletas puede ser parte de la solución definitiva, por lo que el acto de hoy con la firma del documento que da paso a este proyecto entre Manuel Chaves y el vicepresidente del Gobierno, Pedro Solbes, se presenta cargado de significado y expectativas. La recuperación de esos terrenos no deja de ser una victoria para los andaluces, sobre todo si se tiene en cuenta que otros los querían inundar o, en el peor de los casos, lo pretendían malograr haciendo negocietes para su municipio.
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