_
_
_
_
Reportaje:

Españoles en el Caspio

Repsol entra en un proyecto para explorar Zhambay, un yacimiento cercano a la frontera rusa

Pilar Bonet

Tras una larga espera y varios proyectos frustrados, Repsol ha conseguido por fin poner un ancla en el Caspio, al cerrar en noviembre pasado un acuerdo mediante el cual la empresa española se incorpora con una participación del 25% a un proyecto para explorar Zhambay, un yacimiento situado en el fondo del Caspio, cercano de la frontera con Rusia y la desembocadura del Volga. Los otros socios del proyecto son Kazmunaigaz, la empresa estatal de hidrocarburos de Kazajistán, y la petrolera rusa Lukoil, con participaciones del 50% y el 25%, respectivamente.

Los socios planean la primera perforación en 2009 y antes deberán completar estudios técnicos. Los resultados de esta fase preliminar permitirán determinar si los yacimientos son rentables. La empresa supone un reto tecnológico por encontrarse el yacimiento en aguas poco profundas que se congelan durante el invierno y que son muy sensibles desde el punto de vista medioambiental. La muerte masiva de casi quinientas focas en el norte del Caspio extrema hoy esa sensibilidad. En Zhambay los trabajos deberán pararse varios meses al año para permitir que los pájaros aniden y que los esturiones pongan sus huevos.

Los sondeos en Zhambay costarán entre 80 y 90 millones de dólares e implican la construcción de plataformas marinas
Las reservas del yacimiento podrían llegar a 1.000 millones de barriles de crudo y los costes de explotación, a 2.600 millones de dólares
Más información
Al fondo, la energía nuclear

Los sondeos en Zhambay costarán entre 80 millones y 90 millones de dólares e implican la construcción de plataformas marinas, según una portavoz de Repsol. Fuentes del sector estiman que las reservas potenciales del yacimiento podrían llegar a 1.000 millones de barriles de crudo y los costes totales de la explotación conjunta, a 2.600 millones de dólares.

Kazajistán ha sido un país mucho más receptivo que Rusia a la hora de facilitar el acceso de las petroleras extranjeras a sus hidrocarburos. Así lo han demostrado los grandes consorcios internacionales formados para explotar los grandes yacimientos de Tenguiz (Chevron Overseas, Exxon Mobil, Kazmunaigaz y LukArko, con participaciones del 50%, 25% , 20% y 5%, respectivamente) y Karachaganak (BG y Eni Agip, con un 32,5% cada una; Chevron, con un 20%, y Lukoil, con un 15%). Otro consorcio formado por Eni, Shell, ExxonMobil y Total, con un 18,52% cada una; ConocoPhilips, con un 9,26%; Kazmunaigaz, con un 8,33%, e Inpex, con un 8,33%, se prepara para comenzar a explotar el yacimiento de Kachagán, que fue descubierto en 2001 y que supone el gran desafío en el interior del mar (off shore). Agip coordina hoy la construcción de decenas de islas artificiales desde las que se perforará el fondo marino. Desde el puerto de Báutino, grandes barcazas navegan cargadas de piedras y escombros en dirección al yacimiento, a 80 kilómetros mar adentro, al suroeste de Atirau. Kachagán, cuyas reservas potenciales se calculan en 38.000 millones de barriles, debía empezar a producir petróleo a razón de 21 millones de toneladas año a partir de 2008, pero su funcionamiento se demora, al parecer, por problemas técnicos.

Pese a su receptiva política hacia los inversores extranjeros, Kazajistán ha hecho más severa su legislación a partir de 2004 y exige un 50% de participación de empresas nacionales en los consorcios. No obstante, el ministro de Energía de Kazajistán, Baktikozh Izmujambétov, niega que su país sea hoy menos generoso a la hora de repartir licencias. "Repsol no es un indicador" (de las dificultades de las empresas extranjeras en Kazajistán), "ya que esta compañía no se distingue por su especial actividad", dice en una entrevista con EL PAÍS. Izmujambétov dice haberse reunido ya con representantes de Repsol a principios de los noventa, y añade: "Todos los que quisieron trabajar, hace tiempo que firmaron contratos y trabajan. El que tenía prisa ya firmó y a Repsol no le proponemos otras condiciones distintas".

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_