Los vecinos de Valga bloquearán el tren hasta que se supriman 14 pasos a nivel

Los trenes no circularán por el municipio de Valga mientras Renfe no suprima los catorce pasos a nivel que atraviesan este pequeño municipio pontevedrés de apenas cinco mil habitantes. Esta medida de presión se inició ayer tras la manifestación en la que participaron centenares de vecinos de las tres víctimas que el miércoles fueron arrollados por un tren en un paso a nivel y que obligó a la compañía ferroviaria a transbordar a los pasajeros de los trenes que hacen el recorrido Vigo-A Coruña en las estaciones de Vilagarcía y Padrón.

A la una de la tarde, hora en la que se produjo el accidente del miércoles en el que perdieron la vida tres albañiles de la localidad en el paso a nivel de Campaña, centenares de vecinos se concentraron a pie de la vía con la intención de impedir el paso del convoy que nunca llegó. La ocupación del paso a nivel se prolongó toda la jornada de ayer.

Los vecinos acordaron que cortarán la circulación de los trenes mientras el Ministerio de Fomento no firme las negociaciones que inició con el Ayuntamiento desde 1983 para buscar otras infraestructuras alternativas. Una vez que se exista el compromiso de suscribir los acuerdos de supresión de los pasos a nivel, también exigirán a Renfe que mientras tanto ponga vigilancia para evitar más accidentes.

Todavía bajo la conmoción del trágico accidente, el municipio se paralizó prácticamente toda la mañana de ayer para participar en la manifestación que encabezaron los familiares de las tres víctimas. Portando una pancarta alusiva al Ministerio de Fomento y Renfe, a los que le pedían "¡solucións xa!", la marcha se inició en el recinto del Campo de la Fiesta y posteriormente se dirigió hasta el lugar del accidente donde los vecinos depositaron varias coronas de flores.

En una de las márgenes de la vía férrea aún se encuentran desperdigados restos del vehículo siniestrado en el que perdieron la vida los tres obreros, dos de ellos padre e hijo. Allí se produjeron conmovedoras escenas, sobre todo, cuando las cuatro huérfanas de las víctimas depositaron flores sobre la parte delantera del vehículo siniestrado. Entre los sollozos de los familiares y airadas palabras de reproche como "asesinos", Manuel Cordo Ríos, sobrino de una de las víctimas, agradeció el apoyo de los vecinos y de la corporación municipal y calificó las barreras de Renfe como "unas guillotinas que caen sobre cualquier inocente".

El portavoz de la familia expresó su agradecimiento al alcalde y a la ministra de Fomento, Magdalena Álvarez porque como representante del gobierno "fue la primera en reconocer que algo había fallado". También aludió a Adif, lamentando la reacción y afirmando que "todo había funcionado correctamente".

La corporación municipal de Valga (PP, PSOE y BNG) acordó, en un pleno extraordinario, personarse como acusación particular en las diligencias que abrió el Juzgado Número 2 de Caldas de Reis para determinar las causas del accidente. El acuerdo también se hace extensible a las familias de las víctimas para evitarle los costes que puedan derivarse de la actuación letrada en este procedimiento.

"Cualquiera de los que nos encontramos hoy aquí podríamos ser Suso, Roberto o Pepe. Tampoco quisiera olvidar la tragedia que pudo ocurrir si en ese momento pasara el transporte escolar que hace a diario por este paso", expresó el alcalde en un manifiesto que leyó al término de la manifestación. "La vida de nuestros vecinos no tiene precio de ninguna clase, pero llega a temblar pensando que por miserables motivos económicos, o bien la simple incompetencia, o negligencia de los responsables, puedan ocasionar la muerte de los vecinos de nuestro pueblo", añadió José María Bello.

El alcalde anunció que mañana, el Ayuntamiento podrá tener un avance de la investigación judicial. "El abogado personado en nombre de la corporación nos tendrá al tanto de todos los detalles y no pararemos hasta conocer toda la verdad", dijo el alcalde de Caldas.

Jesús Martínez Senín, de 53 años, su hijo Roberto Martínez Ríos de 28 y José García Bejo de 47, fueron arrollados por el ferrocarril que circulaba en dirección a Santiago. Según testigos, las barreras se abrieron unos minutos antes, el tiempo suficiente para que pudieran atravesar la vía los dos coches que esperaban enfrente . El Renault Laguna adelantó al tractor que tenía delante porque el motor se le había parado. Mientras su conductor bajó para que encenderlo manualmente, el tren se los llevó por delante. El destino quiso que José Luis San Marco y su mujer salvasen la vida por un simple fallo mecánico.